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Las Pityusas - 11/10/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851011]
Las Pityusas - 11/10/1885, Pàgina 1
méMé m mm M éMi mida la opinión pública; hora es ya de que recobre el pueblo sn actividad y energía, indispensables, si ha de alcanzar su regeneración y su enaltecimiento: que para ser hbres, es preciso ante todo ser dignos de la hbertad. Fieles á nuestro pasado, y á la línea de conducta que aquí nos trazamos, combatiremos sin tregua ni descanso, el absurdo caciquismo que nos deshonra y envilece; promoviendo á la vez el franco y resuelto deslinde de los partidos, como único remedio á los males que deploramos. Porque, desgraciadamente es lo cierto, que las conveniencias personales se sobreponen, por lo general, á las convicciones políticas, dando por resultado una amalgama indefinida, inútil para cuanto á pohtica se refiere, y atenta solo al inter és personal ó al del cacique. Grupos de mercenarios que lo mismo prestan su contingente de fuerzas é influencias á unos que á otros, con tal que consigan obtener por este camino el logro de sus bastardas aspiraciones. Con tan deplorable espectáculo, como dice el eminente repúblico Sr. Pí y Margall, pierden la íé los pueblos, el entusiasmo las nuevas generaciones, la cohesión y la fuerza los partidos, el vigor las ideas, la seriedad la política y el decoro la patria. Nosotros, pues, aconsejaremos sin cesar á nuestros conciudadanos, MÁS POLÍTICA Y M N S PERSONALISMO, convoncidos de quG solaEO mente una política levantada y digna, puede restablecer en las conciencias el culto á las ideas, y poner término á las banderías que con sus concupiscencias, sus desaciertos é intransigencias, viene n desgarrando el seno de esta isla, digna por tantos conceptos de mejor suerte. Bien se nos alcanza que sobre Las Püyusas van á acumularse los odios, y las iutrigas, y la maledicencia, de cuantos, debiendo su prosperidad á las desdichas de la patria, vean en nuestro periódico el defensor constante de las libertades públicas; el órgano que interprete las necesidades de esta isla; y defienda sus intereses de las usurpaciones del más fuerte y de las asechanzas del más astuto: bien contamos por anticipado, con la cruda oposición de esa turbamulta de Aristarcos de café y Zoilos de barbería que, husmeando á todas horas presa en quien hincar el diente, denigran las intenciones cuando no pueden censurar los actos, sembrando, por tal modo, la duda y la desconfianza, contra aquellos á quienes no pueden arrastrnr hasta el fango en que se agitan; ir as, ni los torpes manejos de los uüos; ni la maligna oposición do los otros; ni el denuesto y la invectiva ú los de más a! lá, han de hacer que desmaye nuestro espíritu, ni hahde impedir que sigamosimpávidos por la senda de la regeneríición de Ihiz; i, arrostrando, con ánimo esforzado, los disgustos y sinsabores á que nuestra misióu nos conduzca. RéstaüOH, por último, dejar consignado, que en nuestro periódico conccde -eroos lugar pre f (3 rente á cuanto tienda á elevar el nivel mor. nl é intelectual de nuestro pueblo, ó á fomentar el desarrollo de su riqueza. Acojeremos con agradecimiento y apoyaremos con entusiasmo lo. s escritos que se nos remitan inspirados en aquellos fines; y trasladaremos á nuestras columnas los que enconti- emos en las de nuestros colegas, que puedan ser de alguna utihdadá nuestros suscritores. Si uo. s acompaña el favor del público y coadyuvan á nuestros proptísitos los hombros do buena voluntad, la aparición de Las Fityusas en la arena periodística, iniciará en Ibiza (así lo esperamos) una nueva era de progreso, de libertad y de justicia. A procurar tan venturoso resultado dedicará todos sus esfuerzos la Redacción de Las Fityusas; y, ó nos engañamos al juzgar del patriotismo de nuesti os conciudadanos, ó no ha de hacerse esperar mucho el dia, en que podamos entonar el ÍÍÉSUKREXIT para nuestra bella y desgraciada isla. PROSPECTO Libres de aficiones y de odios personales, cuyas causas, como Tácito siempre tenemos lejos, entramos hoy en el estadio de la prensa. y al hacerlo, debemos á nuestros conciudadanos, para quienes escribimos y cuyo solicitamos, la manifestación explícita de nuestros propósitos; la declaración franca y terminante de nuestras aspiraciones: debemos decirles lo qué somos y á qué venimos. Somos lo que siempre fuimos. Sostenemos hoy lo que siempre hemos pensado y sostenido: los principios democráticos en toda su pureza. Que si bien no es la política el único móvil que á la publicación de Las Fityusas nos induce, ni hay para qué callar nuestras opiniones ni, aanque así no fuera, nos lo permitirla nuestra conciencia. 8o mos demócratis, somos republicanos, y por la República y por la Democracia luchtremos, con fé y entusiasmo siempre crecientes, persuadidos de que en la nolle lucha del pensamiento, nuestra ha á ser á la postre i victoria. ííos la asegura, más que nuestros esfuerzos, débiles en demasía por ser nuestros, la virtualidad de los principios que sustentamos, llamados á i- estaurar las perdidas libertades; satisfacer las necesidades públicas, y complementar las condiciones del ser individual y colectivo, dando á la nación la prosperidad y sosiego que inútilmente se afana en hallar por distintos senderos. Informarán, pues, estos p- incipios nuestra política y aun nos guiarán en el. examen ce todas las cuestiones que se susciten. Mas, al propagar y defender nuestros ideales ó al combatir los de nuestros adversarios, ni heñios de incirrir nunca en la nota de descorteses, ni ha de ser otro nuestro lengiaje que el que exijen de consuno el respeto y la consideración debíaos al público y á nosotros mismos. Cien veces arrojaríamos la pluma, antes que faltar á este propósito que es en nosotros inquebrantable. Por él, así como por la buena fé. y elevación de miras que ha le resplandecer en todos nuestros actos, esperamos merece; de nuearos conciudadanos, si nó la conformidad dfel correb gionaríoíelaplauít) que es debido á toda conciencia recta y á todo proceder honrado. Como políticos, expuesto queda nuestro programa. Poca virtud ha de ser en nosotros su cumplimiento cuando, desde la infancia, venimos rindiéndole fffvoroso culto. Harto mas difídl es la nisión que como ibicencos no imponemos. Acrecienta su diflciltad la pequenez de nuestras fuerzas, aunque enardecidas por elaraor sin límites que á Ibiza profesamos, inijjotentes para alcanar, sin ageno auxilio, la. meta de nuesti as aspiraciones. Nos anímala presujcion de que á nuestro lado han de estar, í) restándonos aliento con su apoyo y conñanza con sus consejos, cuantos, no teniendo aun embotada la inteligencia y atrofiado el corazón p) i- el hábito del servilismo, dedican sus esfuozos áeacauzar, por eicaminodel progreso y de la libertad, el porvenir ds esta infortunata isla. Nadie como nos) tros para, intentarío. Alejados, por convicci n y pír temperamento de esas contiendas fratricidas, pequeñas, miseralips, en que se agctan estérilmente las energías todas de la patria: ágenos por coniphto á esas luchas de panddla, en que se ha pretendido resucitar d bando j la mesnada: extraños como el que más á todo lo que ti- as; iende á personal y exclusivo; ni hemos de inspinr recelos á nuesfros conciudadanos, ni, fundadamente, han de po (fer desconfiar de nuestras intenciones. Ya sabemos que la franqueza y la lealtad políticas son raras cuaIrlades en esta isla; pero, aun cuando dfibamos provocaí- la escéptici sonrisa de nues; ros lihputienses Maquiavelos, venimos dispuestos ádecir la verdad d pueblo, y se la diremos, pese á quien pese; plazci á quien plazca. Hora es ya de que cese el vergonzoso marasmo en que yace su- B á S E S DE LA PUBLICACiON El primer número de Laa Fityusas aparecerá el domingo 11 de Ocíibre próximo, y los sucesivos en igual dia de cada semana; á no ser ae las alteracionss que sufriere el itinerario de nuestros coi reos, eon i. ejaran cambiar por otro el dia de la publicación. istaquedarla Administración del periódico convenientemente e blecida, quedan encargados de recibir las suscriciones, los Sres. I Escanden y Gros y D. Antonio Pineda y Prats, agentes de Aduani, y D. Francisco Escanellas, impresor. Irecios de suscrición. -Trimestre, una peseta y setenta y cinco céntimos. -Semestre, tres pesetas. -Un año cinco pesetas. -Pago adelantado. Las Fityusas no cuenta, con otro auxilio que el que pueda recibir del publico. Esto sentado, debemos hacer presente; que si el número de suscriciones que se obtengan no bastase á cubrir los gastos materiales del periódico, aplazaríamos su publicación para mojor- es tiempos. En este caso, devolveríamos el importe de sus suscriciones- -acompañado de nuetro agradecimieto más profundo- -á los señores que huniesen honrado con sus nombres nuestras listas de suscrición Se suplica la circulación de este prospecto. Imp. de F. Escanellas.
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Las Pityusas - 18/10/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851018]
Las Pityusas - 18/10/1885, Pàgina 1
DIRECTOR. -JUAN ARABÍ RESPETO. Puntos de suscrkión: IBIZA En la Admon. del periódico y en la Imprenta DOMINGO I 8 DE OCTUBRE DE 1885. de Esc. mellas, San Tclmo, 8, bajo. ADVERTENCIA. Bogamos á los Srs. suserüores que por olvido ó descuido de los repartidores no hayan. recibido nuestro primer número, se sirvan reclamarlo en la Imprenta de este periódico. Asimismo les suplicamos se dignen advertirnos cualquier falta que en lo sucesivo noten en el reparto ae LAS PITYÜSAS. ANO I. Precios de suscrición: Trimestre, I J ¿pias. Semestre, j pís. Año ¿pis. NUM 2. Toda la correspondencia al Director. caldes de S. José y S. Antonio, las cuentas municipales cofrespondientes al año económico de 1883 á 84; y al Alcalde de esta capital las de los años de 1871- 72 hasta 1883- 84. Esto quiere decir que en el Ayuntamiento de Ibiza se hallan trece cuentas municipales pendientes de remisión al Gobierno civil. Sin comentarios. hiza 18 de Octubre de 1885. Cuentan las crónicas, que por venirle estrecho á un su vecino el pantalón ó el chaleco, murió de pena el Corregidor de Almagro. Es cosa que no hemos sabido averiguar por más que lo hayamos procurado, cuál de amta. s piezas de vestir causó, con sus estrecheces, el tiájico fin de íiquel santo varón. Sea el pantalón sea el chaleco- -que tauto m onta lo uno como lo otro- -es lo cierto que á la impericia del sastre del vecino, debió, nuestro Corregidor el acabamiento de sus dias. Nosotros, los españoles, á imitación del corregidor del cuento estamos condenados á morir de pena, y í) un, más que de pena de vergüenza, nó por que les vengan estrechos ú holgados sus chalecos á nuestros ministros; que esto poco había de afectarnos cuando nada nos importan sus mismas personalidades; sino por que siendo ellos, ya que no por voluntad de los españoles, por lagraeia de Dios y la Constitución de la Monarquía, los encargados de velar por la honra y la dignidad de la Patria; de tan extraño modo entienden lo que á nuestra honra y á nuestra dignidad mteresa, que á una y otra las conceptuamos amenazadas de total naufragio, si pilotos más expertos en achaques de honra y de dignidad, no toman en sus manos el gobernalle del Estaco. Bien puede la prensa ministerial, sin riesgo de equivocarse, dar por terminado el conflicto con Alemania; si le consta que, sean cuales fueren las exigencias de aqueha Potencia han de ser aceptadas por el Gabinete español, aun cuando envuelva su aceptación el desconocimiento ó la renuncia de nuestros derechos, sobre el archipiélago carolino. Porque, si el Gobierno alemán reconoce de plano y como anterior al hecho que ha podido dar lugar al conflicto, la soberanía de España sobre- las Carolinas ¿qué significa por parte del nuestro su allanamiento á aquellas pretensiones, sino una vergonzosa humillación? Si Alemania a l r a otras razones ó se limitara á negar, con más ó menos fundamento, nuestra so beranía; antes que dejar á las armas el cuidado de resolver el conflicto, pudiera admitirse, como á transacción honrosa, que se accediera á las pretensiones de aquel imperio: mas, cuando éste ha reconocido del modo más amplio ó incondicional los derechos de España sobre aquel archipiélago, toda concesión otorgada á Alemania será, por parte de nuestro Gobierno, un acto de debilidad injustificada ó de punible complacencia, que han de rechazar indignados la mayoría de los españoles. Demás de esto; las consecuencias que de tal proceder pueden originarse, han de ser de funestos resultados para la integridad de nuestro territorio y la autonomía de nuestra nación. Por de pronto, Inglaterra exije ya ventajas comerciales en las Carolinas, por crearse con igual ó mejor derecho que Alemania. Tras Inglaterra pedirán seguramente nuevas concesion. es las demás Potencias, y nuestra soberanía quedará, á la postre, reducida á la poco envidiable condición áe soberanía honoraria. viniendo á ser para los extraños las utilidades y para nosotros el gravamen de sostener en aquellas islas costosísimas guarniciones, en defensa de intereses ágenos. No se crea, sin embargo, que cuanto llevamos dicho se halle definitivamente establecido. Convenido puede estarlo entre los gabinetes alemán y español, si bien no es de suponer que se atreva el nuestro á arrostrar directamente la responsabilidad de tal convenio. Lo probable es que aparezca como opinión del Papa lo que, antes de someterlo á sn mediación, estaba ya convenido y resuelto. Con el malhadado asunto de las Carolinas comparten la atención del público los rumores de próxima crisis que propalan con insistencia digna de mejor éxito los fusionistaí- y que con igual insistencia niegan los ministeriales, temerosos de que á fuerza de repetirse los anuncios de crisis, llegue á convertirse en realidad lo que, hoy por hoy, no tiene más fundamento que los buenos y desinteresados deseos de sus leales compañeros en monarquismo. Se nos figura que esperan en vano los fusionistas y que en vano temen los conservadores la calda del actual Gobierno. Para nosotros, nada más destituido de fundamento que la esperanza, de una crisis en las actuales circunstancias; cuando tan poco le falta al Sr. Cánovas para ser declarado, en premio de sus brillantes campañas diplomáticas Gran Padre de la patria, honor de España, Pío, felice, trinfador... Antonio, etc. ante quien, si no se postró muda la tierra, porque es cosa que ya no se estila, se abrieron en cambio agradecidos los brazos de Bismark, y vayase lo uno por lo otro. y ya que de Bismark hablamos; sepan nuestros lectores, por lo que pueda interesarles, que el telégrafo nos ha participado la triste nueva de la enfermedad del Gran Canciller. Escaldadas las mejillas y rojos aun por el llanto nuestros ojos, nos apresuramos á comunicar la fatal noticia á los buenos españoles; esperando del patriotismo de todos que no dejarán de asistir á las rogativas púbücas que de un momento á otro han de di sponerse, para iríipetrar del Altísimo la gracia de que devuelva la preciosa salud á nuestro tutelar patroa, y nos lo conserve sanoy salvo luengos siglos, para hacer la felicidad del pueblo español. Otro de los telegramas últimamente recibidos, nos comunica la noticia de haberse repruducido los temblores de tierra en la provincia de Granada. Es lo único que nos faltaba, para completar el cuadro de desolación y ruina que ofrece la España de los conservadores, en el año de gracia de mil ochocientos ochenta y cinco. Con arreglo á lo dispuesto en el Real Decreto de 21 de Agosto último, para los centros de población mayores de 2.000 habitantes, el Presidente de la Junta provincial de instrucción pública debe nombrar varios delegados de inspección entre los vecinos que pertenezcan al partido judicial; cuyos Delegados estarán encargados de la vigilancia de las es- cuelas de primera enseñanza oficiales y libres existentes en el mismo partido. ¿Cuántos nombramientos se han extendido para Ibiza? Veremos si en algún periódico oficioso encontramos la contestación. Los temporales que han reinado estos dias han sido causa de que el vapor correo que debia salir de pste puerto para el de Valencia el viernes de la semana última, no lo verificase hasta el miércoles de la que hoy termina; regresando de Valencia el jueves por la noche y saliendo á las pocas horas para Palma. Ha de dispensarnos El Ebusitano, si le manilfestamos que no nos convencen las explicaciones que trata de dar á algunas dudas que expusimos en nuestro primer número. El que hayan sido ó no invitados los ayuntamientos forenses por el de esta ciudad, para discutir y aprobar la cantidad en que cada uno debe contribuir á los gastos del hospital, no les exime del deber en que se hallan de aprontar los fondos que por aquel concepto tengan consignados en el presupuesto, á fin de atender con ellos al sostenimiento de aquel asilo benéfico. Exijan en buen hora los indicados ayuntamientos que se les manifieste la inversión dada al contingente que por beneficencia han satisfecho en años anteriores; pero mientras esto alcanzan, no obliguen, con su conducta obstruccionista, á que hayaii de cerrarse las puertas del hospital, por falta de medios de subsistencia; mayormente cuando saben dichas corporacionesy debe saber perfectamente El Ebusitano, que la casi totalidad de enfermos que ingresan ea aquel establecimiento pertenecen á los muaicipios forenses. Dice La Correspondencia Militar: La isla de Ibiza está bien defendida? Desde allf nos escriben dándonos detalles muy curiosos, que no debemos publicar en estos momentos, por si acaso el iris de paz que contemplamos llegara á desvanecerse. Terminaremos volviendo á preguntar: La isla de Ibiza está bien defendida? No se preocupe por nosotros el estimado periódico madrileño, y haga otra vez más justicia á la pre- El Gobierno civil de la provincia con fecha 27 de Setiembre último reclama por última vez á los Al-
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Las Pityusas - 25/10/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851025]
Las Pityusas - 25/10/1885, Pàgina 1
LASPITYUSAS ÜIRECTOK; JUAN ARABl RESPETO. Puntos de suscrición: En la Admon. del periódico y en la Imprenta de Escanellas, San TelmofS, bajo. Precios de suscrición: i jpías. Semestres pts. IBIZA DOMINGO 25 DE OCTUBRE DE 1885. ANO I. Trimestre, Año 5 pti NUM 3. Toda la correspondencia al Director. hiza 25 de Octubre de 1885. Tantas idas y venidas, Tantas notas y más notas, de Madrid á Berlín y de Berlín á Madrid; tantos dimes y diretes de aquí para allá y de allá para acá: tanto conferenciar del ministro de Estado con el Embajador alemán, y del Embajador alemán con el Nuncio, y del Nuncio y el Embajador con don Antonio: tanto apresuramiento én dar satisíácción por ultrajes imaginarios, á una nación que nos los ha inferido sobrado tangibles, hacíanos suponer que ese continuo movimiento, y esa agitación incesante, y ese traqueteo sin fin de perLo cua traducido al lenguaje vulgar, significa, que sonajes tan sesudos, serviria. para algo más que pa- la solx: ranía de España sobre las Carolinas ha pasara ayudar á bien morir la honra nacionnt y dar al do ya al panteón de la Historia. traste con la integridad del territ iio español. A fé que para este viaje, ni se necesitaban alfor BOCETOS. jais, ni hacía maldita la falta que se embon- oriaran tantos papeles, si habían de resultar luego papeles CÁNOVAS. mojados; ni había para qué ahuecar tanto la voz en los pri. meros dias que siguieron al de la amistosa Hed ahila espresión de una marcha fúnebre. Hed transferencia; ni importaba alborotar el mundo con ahí al protagonista de la danza Macabra bailando arranques de patriotero quijotismo; ni valía todo sobre líis minas de la Patria. iello la pena, de que diera de mano á sus erótiPara él España es vasto cementerio en el que se cas aficiones el tierno cantor de Elisa y enamorisca- confunden las grandezas de nuestro pasado, con los do vejestorio, para venir á estrellarse y esti ellarnos desvarios de nuestro presente. Historia, derechos, en las breñas del ridículo más espantoso. libertades, independencia, todo lo que constituye la Teniendo todo esto en cuenta, y sabiendo además, vida de una nación, es fantástico. Solo es real, efecíuie es herencia la de los conservadores que ni á be- tivo, perenne, su omnímoda voluntad; que asi preneficio de inventario pued (í aceptarse, nos explica- cipita en el abismo, hombres, colectividades y partimos de sobra que los periódicos ministeriales afir- dos, como arroja álos pies del Canciller una brillante men, con la tranquilidad de un bienaventurado, que página de nuestra historia. llio existe razón ni motivo alguno, que justifique un Todo O avasalla su soberbia: el sentimiento nacambio de política en las actuales circunstancias. cional le causa risa; el patriotismo, menosprecio. Hasta El E msitano, de ordinario tan grave y co- i una voz á la faz de Europa, lanza una protesta medido, asiste de monaguillo en su último número á contra el atropello del Bárbaro, la estingue bajo los sus cofrades en ministerialismo, y echando á broma pliegues de sudario fúnebre. y chacota lo de la crisis, se permite preguntar tamAborrece la luz y el movimiento intelectual. bién, con una candidez insólita en tan discreto cole- Por esto se opone á que la inimitable palabra de g a- v que por lo insólita y por lo candida se nos fi- Castelar desarrolle en el Congreso la doctrina demogura que tiene algo y aun algos de socaí roña- -los crática. Por esto condena á ostracismo perpetuo, á motivos que pueda haber para que abandone el ac- partidos que esperan el triunfo de sus ideas de la tual Gobierno la dirección de los asuntos públicos. piojjaganda, creando una representación nacional raSi bien se mira, no carece de fundamento la pre- quítica, que nunca puede ser espresión de la opinión gunta de nuestro colega local. Es preciso no olvi- pública, y sí pálido reflejo de una fracción. Pero por dar que estamos en el país de los vlce- versas, y nada más que mutile la opinión, por más que mutile la tiene de extraño que la serie de lamentables equivo- Soberanía Nacional, no mut lará el pensamiento; caciones cometidas por el Gobierno de! -Sr. Cánovas, que germina en el cei- ebro de muchos españoles paeii vez de producir, como seria lo natural y lógico ra implantar la República. que sucediera, la calda del actual Gobierno y la ruina del partido que tales gobiernos nos regala, sea la PlDAL. razón única que pueda alegarse, para explicar de alPocos políticos han ocasionado conflictos tan gún modo la permanencia de los conservadores en grandes como el personaje que nos ocupa. las esferas gubernamejitales; precisamente cuando De imaginación fecunda, no puede amoldar esta exijen su inmediata desaparición de la escena políticualidad á la oratoria parlamentaria y á los deberes cá, el decoro de la patria y los intereses públicos, inherentes á su cargo, porque trastornos nerviosos gravemente comprometidos con las torpezas y las ofuscan á menudo su talento. imprevisiones de este Gobierno de decadencia. Mientras la índole del debate permite que su palaLa tan traída y llevada nota del Gabinete alemán bra siga el impulso de su fantasía, arranca unániha llegado ya. Qué tal será ella, cuando nuestro Go- mes aplausos por despertar en el alma el sentimienbierno no se atreve á darla á conocer. to do lo bello. Pero sí ha de contestar á interpelacio La prensa ministerial, corrida y avergonzada, se nes que patenticen su historia y funesta política, eslimita á decir lo siguiente: perimenta su ánimo perturbaciones que se revelan Ayer camanicJ el señor conde d i Solms al ministro de Estado la nota en que el Gobierno alemán contesta A Ift i il. tima que le dirigió e! nuestro sobre el asunto de las Carolinas; ha nota. Ho 7 ie ie completa, puea como en ella se había de dilucidar el unto capital de la ocupación de Yap y ninguno de los gobiernos ha recibido aún el parte detallado de lo ociurido en dicha isla, no ha podido la cancillería alemana responder categóricamente y con bastante conocimiento de causa en lo relativo á dicha ocupación. La nota, reservando por lo tanto la respuesta en lo concerniente á dicho punto esencial, a. f vma. una vez más el común acuerdo adoptado entre ambas potencias de recurrir, en el caso de que no haya avenencia directa, á la mediación del sajito padre, quien, como es sabido se ha dignado aceptar el cargo de mediador. concepción. Desaparece su fascinadora elocuencia; y el silogismo exótico en el Parlamento, y el violento apostrofe que si jper se dilije. á sus contrarios, per rtccí derts acaricia el rostro de algún ministro eu cu ya frente se reproduce el famoso letrero que en, 1868 apareció en el Ministerio de Hacienda, indican los primeros grados de una epilepsia dol espíritu. A veces no pasa del primer período; á veces los aplausos de los diputados rurales disipan la confusión do su mente; pero unaacusación fulmiuadapor elocuente palabra clama contra la presencia de S. S. en elbanco azul por los conflictos internacionales que sus declaraciones sobre el poder temporal del Papa han originado, para que la enfermedad recobre su dominio y se manifieste con sombría progresión. Ya no son meros desórdenes psíquicos los que entran, en escena. El vértigo, palabrasdesordenadas, gritos, es- pasmos musculares, movimientos automáticos y contorsiones, caracterizan la neurosis ea los confines de la locura epiléptica. Cuando los destinos de la Nación están regidos por dos entidades patológicas, ¡como no ha de estar jus- tjftcado el concepto de los extranieros que á menude nos sueltan el consabido Cosas de España! N. OwA í. LO DEL HOSPTfAL. Decíase de público, antes de que apareciera nuestro primer número, que en, e ¿a fastecimiento del Hospital civil de esta ciudad vénian, de antiguo, cometiéndose abusos de que resultaba notorio perjuicio para los asilados de aquel establecimiento, y mas notorio perjuicio aun, pai a los fondos municipales destinados á su sostcnirniento; délos cuales, decíase, que sftfrian filtraciones harto importantes para que no se tratara de aplicarlas oportuno correctivo. En el número primero de esta publicación, nos apresuramos á dar cuenta délo que se decía sobre tan delicado asunto; cumpliendo asi un deber, aunque penoso, ineludible, en quienes toman á s p cargo la misión de velar por los intereses públicos; y en el segundo, pudimos hacer ya algunas indicaciones nuestros lectores, ofreciendo además comunicarles el resultado de las gestiones que se practicaran en averiguación de lo que hubiese de cierto sobre los embroglios denunciados en nuestro número anterior. Hoy, esclarecida ya, al parecer, la verdad de los hechos que denunciamos, debemos á los lectores de LAS PITYUSAS el cumplimiento de nuestra promesa; y á cumplirla vamos con ruda franqueza, por; más que al hacerlo arranquemos una de jiuestras más. bellas ilusiones, ofreciendo á la pública censura, peiv. sonas é instituciones por quienes abrigamos, en el fondo de nuestra alma, ef cariño más sinqero y la admiración más profunda. Jamás habíamos sentido tan torpe la pluma, tan abatido el ánimo y hasta ¿por qué no decirlo? tan apesadumbrada nuestra conciencia ante el cumplimiento de un deber, como en este momento en en que, haciendo el sacrificio de nuestras particula. res afecciones y de nuestras más vivas simpatías, debemos señalar ante el publico como autoras de las faltas. graves. qu vienen cometiéndose y este por lá incoherencia de la frase y la torpeza en la hospital civil, ó las Hermanas de la Caridad que tie-
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Las Pityusas - 01/11/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851101]
Las Pityusas - 01/11/1885, Pàgina 1
i MéSésm émmméMi DIREC rOR; JUAN ARAP. Í R E S P I Í T a ANO I. Puntos de suscrición: En la Adiiwn. del periódico y e: i la Imprenta de Escanellas, San Telmo, 8, bajo. IBIZA DOMINGO I DE NOVIHMBRIC DE i88 q Precios de suscrición: í Trimestre, i j pts. Semestre, j pts. Año Toda la correspondencia al Director. Jpts NUM 4. jerzuelas. PROGRESO. Conipi- endemos de sobra, y de sobra nos explicaSe ensancha el corazón del hombre pensador al liogamos ú nuestros abonados qtie ñor olvido ó des- mos, los inocentes desahogos femeniles de que dejacomparar el estado material de la clase obrera de enido de los repartidores Jiayan dejado de reeibir mos hecho mérito: lo que no alcanzamos á explicaralguno de nuestros números, se sirvan veelamarlo en nos tan fácilmente es el porqué de abundar tanto hoy, con la triste condición que tuvo antes de que las ideas que forman la basj de las instituciones mola Imprenta d? este periódico. entre nosotros los fantoches (y mejor aun qne fanto dernas tuviesen una aplicacióu práctica. Asimismo les suplicamos se dignen advertirnos ches MAMARRACHOS) que están de continuo importuTuvo el hombre en- la edad paleolítica qtie luchar cualquier falta que en lo sucesivo noten en el repar- nando nuestros oidos con sus jeremiacas lamentaciocon cuanto le rodeaba: rompió el duro sílex para lato de LAS I ITYUSAS. nes, clamando á voz en giito contra los abusos der l) rarse un arma, disputó á las fieras pecho á pectio to lo género que, al su decir, vienen cometiénJosé en el terreno que habitara, y el hanilire. y el frió, y la todos los ramos de la administración municipal, y miseria fueron sus insei) arables compañeros. Grande pidiendo en plazas y tertulias que sean llevados á la necesidad, cortos los medios, cualquier estraño la barra los presuntos criminales, para venir luego que do ellos quisiera gozar era un enemigo: la lucha á oscaudalizai se y hacer aspavientos do hipócrita por la vida, lucha perenne y sin cuartel, fué la ocuHacemos gracio, por hoy. á nuestros lectores de mojigatería si alguno, menos cobarde ó más digno, lo que se dice acerca do las Carolinas; de lo que so- trata de sacar á la sapeilioie el cieno quv; oculta en pación del hombre primitivo. Mas, cuandode los riscos bajó á los llanos, cuando de la gruta pasó á la bre crisis ministerial sigue diciéndose; de la próxima su fondo nuestra corrompida sociedad. choza, cuando sustituyó el pedei- nal por el cobre, y 1 reunión de las Cortes; de la crisis monetaria, y del se miedo á todo lo ue se mueve; ese temor á el ganado á la caza, sintió una necesidad paia éí más excesos de la nunca bastantemente alabada dotodo lo que marcha; ese odio á todo lo que piensa: desconocida: el trabajo. Hasta entonces luchara por minación conservadora, esa tendencia á deteuf r á los que se empeñan en se- conquistarse una caverna en que albergarse: una Así como así, ni la llegada del coirco de Filipinas güii- adelante y en pi eparar el reinado de la justicia: prosa (Iue devorar, una mujer que poseer. El venciha servido i) ara otra cosa que pai a aumentar la esas reputaciones falsas, esos mentidos papeles de do solo pDdia esperar la muerte: el vencedor solo Jfoiifusión existente en cuanto atañe ú aquellas levii tnd y de religiosidad con que se pretende enga- matando hacía fructúo. s- a la victoiia. En la nueva janas posesiones; ni los documentos diplomáticos ñar al mundo; ese invocar continuo, en campanudo era, no escaseando ya los comestibles, dueña cada ijue llenan estos días las columnas de nuestros coielenguaje, una moral que se desconoce y una hom- a- tübude un vasto territorio, organizada en cierto us peninsulares hacen; en puridad, masque repetir dez que no se posee; esas reminiscencias, en suma, n oio la famlia, revistiero- i las guerras na asloque teníamos ya sabido; -ni la crisis, por macho del mundo viejo, es uecesai io que de una vez para pecto distinto. No estribaba ya el interés del vence pe se anuncie en todos sentidos y por más que la siempre vengan al suelo en estrepitosa calda, dejan- dor en exterminar á su enemigo, sino en aprovechar reclame en todos los tonos la o iniün general del do el campo libre á los hombres y á las ideas del sus fuerzas, en utilizar sU; trabajo- En vez de arianpaís ha de producirse, mientras así no cuadre A alpi esente, para que puedan, sin estorbos, cimplir la carlela vida, quitóo a libe: Lad: del que podía br. guien que está por encima de la opinión y del país obra de regeneración y de justicia que les está enco- cer un cadáver hizo un esclavo. i mismo: líi de las Cói tes puede esperarse sino la ccnmendada. Esta terrible ley que hacía del prisionero de guefirniación de los actos del Gobiei no, ni pnede e i surra una coser, propiedad del que había sido más fuerJ Jn cuanto á nosotros toca- lo dijimos ya en nuesma, importarnos gran cosa la crisis monetaiia, cuando reviste ya el cai- ácter crónico la que padecen nues- tro Proí rfl ifí. -venimos dispuestcs á díoir la ver- te; que, con lógica de hierro, no reconocía en el hijo tros bolsillos, desde que están eíi uso Camachos y dad al pueblo, y se la diremos, pese ú quien pese; derechos qne no tuvieran sus padres, esta ley que subleva nuestro corazón, que hoy ni) s repugna y hoplazca á quien plazca. C cs- Gayones. rroriza, ha sido proclamada y acatada por todos I03 Bjen se nos alcanza, decíamos también en aquel Para otra empi esa debemos reservaí- hoy nuestros documento, que sobre LAS PITYOSAS van á acumu- pueblos de la antigüedad, por aquellos á quiealientos, si es que algunos jios quedan, después de ne; d; l: e; iios las tradiciones más venerandas, tantas y tan varias emociones, y tales y tan conti- larse los odios, y las intrigas, y la maledicencia, de por aquellos que elevaron al más alto grado el ideal üiuidos sobresaltos como hemos experimentado des- cuantos, debiendo su prosperidad á las desdichas de estético, por aquellos que han sido nuestros maesde el punto y hora, bien aciagos en verdad para no- la patria, vean en nuestro periódico eldefeusor constros en las ciencias filosóficas, por aquellos que nos sotros, en que se nos ocurrió dar cabida en nuestras tante de las libertades públicas; el órgano que inlegaron el concepto de lo justo. columnas al malhadado escrito que, bajo el epígrafe terprete las necesidades de esta isla, y defienda sus Preciso fué que las águilas romanas mostraran á Lo del Hospited, habrán podido saborear- nuestros intereses de las usurpaciones del más fuerte y de helenos y egipcios como puede un hombre libre ser iiectores en el último número de nuestro semanario. las asechanzas del más astuto: bien contamos por sojuzgado sin perder su dignidad; preciso fué que Ha logrado el tal artículejo- -si no por lo bien ade- anticipado, con la cruda oposición de esa turbamulconstara al pueblo rey que no solo los bárbaros pue- rezado ae su condimento por lo picante de sus ingre- ta de Aristarcos de café y Zoilos de barbería que, den ser vencidos; preciso que la plebe levantara su dientes- -servir de pasto en todas las conversacio- husmeando á todas horas presa en quien hincar el cervizrante los patricios de la ciudad eterna, y preÍoes y de comidilla á todos los beatos y beatas de la diente, denigran las intenciones cuando no pueden ciso que en medio del trastorno de todas las preocuvecindad; quienes en. castigo al inaudito atrevimien- censurar los actos, sembrando, por tal modo, la dupaciones I rotara, cual la fosforecencia brota de la coto de ocuparnos en lo que hasta ahora nadie habla da y la desconfianza, contra aquellos á quienes no rrupción cadavérica, la divina ley de la igualdad, osado ocuparse, la han emprendido con tantos bríos pueden arrastrar hasta el fango en que se agitan; predicada por el hijo de un pueblo vencido, sacrifica 2 tan descomunal fiereza contra nuestras humildes mas, ni los torpes- manejos de los unos; ni la maligy do él también en holocausto á la humanidad: preersonalidades, echando por su boca, á guisa de ja- na oposición de los otros; ni el denuesto y la invecticiso fué que el cristianismo minara los cimientos culatoria, tal cantidad de sapos y culebras, que á. la va de los de más allá, han de hacer que desmaye del mundo clásico y que la invasión de los bárbaros marcada protección de Santa Rita que es, según di- nuestro espíritu, ni han de impedir que sigamos intrastornara la constitución del mundo occidental, pa- cen, patrona de imposibles, debemos atribuir el por- pávidos por la senda de la regeneración de Ibiza, ra que el esclavo se transformara en siervo, para tentoso milagro de hallarnos (como antes de que arrostrando, con ánimo esforzado, los disgustos y que la cosa tuviera algo de hombre. os soplara el diablo en el meollo la maldita idea de sinsabores á que nuestra misión nos conduzca. Pero la palabra IGUALDAD había resonado, desperaredarnos en asuntos monjiles) sano 3 y salvos en Nuestros lectores comprenderán de sobra si hetando en el corazón del desheredado paria un nuevo ílo físico y en lo espiritual; dispuestos á denunciar mos de cumplir ó no nuestras promesas, sabiendo abusos donde quiera que se encuentren, mal que les que es nuestro temple el de los que ni saben arre- sentimiento, su dignidad: una nueva aspiración, la libertad: una nueva esperanza, la emancipación. Capese á beatas necias, á comadres bachilleras y ú al- pentírsií, ni quieren enmendarse. yeron rotos los ídolos de oro y bronceante una idea, mos compadres tan chismosos y necios aunque la idea de la fraternidad universal. Cesaron las lu ¡nás hipócritas y corrompidos que las mentadas niuchas olímpicas de los Dioses, y cesaron los combates ADVERTENCIA. t biza 1: de (goviembrede 1885.
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DIRECTOR; JUAN ARABÍ RESPETO. Puntos de suscricióm ti la Admgn. del periódico y en la Imprenta de Escanellas San Telmo, 8, bajo. Precios de stiscrición: Trimestre, i ys pts. Semestre, j pís. Ano ¿pts Toda la correspondencia al Director. AÑO I. ÍBIZA NÚM 5. DOMINGO 8 F, NoviEMsr. E DE 1885. de tomar posesión á su y está probado igualmente, que el So do dicho mes, á presencia- Rogamos á nuestros abanados que vor olvido ó des- de nuestros marinos, quedó enarbolada la bandera cnido d -los repartidores hayan dejado de recbiri del imperio: Y cuando tudo qsto acontece y á todo cdgimo de nuestros números, se sirvan recktmarlo en esto se atreven nuestros conservadores, en gracia la Imprenta ds este periódico. de la vergonzosa protección que les disponsa el canAsimismo les suplicamos se dignen advertirnoí; iller de bierro, viene éste ú recompensar tan señacualquier falta que en lo suc esivo noten en el repai lados servicios, acusando de informal, en altanero y to de LASTITYUSAS. imenazadorlenguaje, al desdichado Gobierno que hoy nos rige. Se vé eu este asunto- -como dice nuestro queri io colega La liepública- -nu verdadero. embrollo, en uyo fondo no, podemos entrar. as torpezas, el goisrao, las miserias cot. servadoras pueden ser tales Ahora salimos, como dice cierto anrigo niiestrc ¡ue envuelvan alguna iniquidad. cuando viene á sorprenderle Iguna de esas notician, tnn frecuentes ea nuestro país, que por lo estupendas é inesperadas dap al traste con los cálculos me El. INDIFERENTISMO. jor fundados, coa los más rudimentarios princii ios Así como el hombre tiene ej dei er de trabajar en de la lógica y hasta con las más vulgares presíripbeneficio de su casa y familia, tiene el de poner su ciones del sentido común; aliora saliinos con que el Gobierno alemán paga si nuestro sus crimiuaJes actividad y su inteligencia al servicio de la patria, y complacencias y sus bochornosas debilidades acu- sostener los piincipíos que considt re más racionales, sándole, írc ¿s et orbe, de informal, y amenaxándoli- m is justos y más convenientes. Pero desgraciadacou la publicación de notas confuienciaíes qi. e po- mente no todos o entienden así. Jíuy al contrario de lo qije acaba de sucj 3 der aliodrian comprometer el éxittíüe las n gociaciolJe. s y ra en Francia, vose á menudo en líspaña que no llesobre todola exittenúa del Gobierno espafwl. ga á la cuarta parte de los electores el número de Esto, que á nuestro indicado amigo le merezca votantes que, toman parte en una elección. Pocosí acaso, por lo, inesperado, ser incluido en el número SOK los que se ocupan de la cosa pública; escasas de las sorpresas, á nosotros no nos extraña poco ni das personas que dediquen sus esfuerzos á ia defensa mucho, ni encontramos en ello sino la confirmación del interés cemun; pero muchas las que, no obstande ciertas sospechas y el escJai- ecimiento. de algute, se creen con derecho de censurar lo que no favonas dudas que veníamos abrigando, sóbrela conducrece sus designios, lo que vulnera sus derechos ó lo ta de nuestro Gobierno en la- cuestión de las Carolique perjudica sus interese; naK. A favor de ese apartamiento de los negocios públi Por lo visto, los ofrecimientos del Gobierno espa- eos, asaltan los má. osados ó los más ambiciosos ñol, con ser tales que solarnente un gobierno conser- todos jos puestos; y en vez deten- er por fin, la polítivador fuera- osado á irroponerlos, no eatisííic n, ni ca el bien común, se convierte en interés de una con mucho, al Canciller alemán quién, á Juzgar por parcialidad ó de una camarilla, y el pueblo, la prolas palabras que hemos subrayado, dt un telegrama vincia y la nación misma quedan á merced del que, de Berlín, parece considerarse con derecho á obtener tal vez ior satisüicer su concupiscencia, ha llegado otras, y más importantes, y por ende más vergon- á ocupar el puesto qae otros dejaran abandonado. zosas concesiones, no sabemos si en cumplimiento ¡Que estraño pues que el gobierno do los puel los se de palabras empeñadas, de compromisos contraidos, halle en manos do personas inespertas ó egóistas, ó de torpezas cometidas por el Gabinete Cánovas; ó, que no se respete derecho ajguno, que se desconozlo que más creemos, por todas esas causas reuni- ca la justicia, que la arbitrariedad impere? das, que esto y mucho más cabe deducir de las reEl alejamiento de la política, más que aíitipatia y licencias y las amenazas de la cancillería alemanadesprecio hacia ideas y sistemas, significa punible Es evidente que ¡nr esta cuestión de las Carolinaa. indifetencia. E! desprecio causahorror y se demuestra existe a iío que el Gobierno español se empeñaren coaactos, no con una pasividad que, lejos de impe. ocultar, con sospechosa tenacidad. Es evidente, que dir, sostiene, fomenta y agrava de cada dia aque á tüestro gobierno importa hacer que permanezca llos males en el misterio lo acontecido en Yap; y se ignore cuLa indiferencia dio pié al acto de Sagunto, y, -paso ya es la responsabilidad de lo ocurrido; y que no se- tras paso, nos ha conducido hasta la vergonzosa hupamos cuales fuesen las instrucciones que llevaron millación de ver hollado nuestro territorio y mermanuestros marinos, y si cumplieron éstos ó po cum- da nuestra soberanía en las Carolinas. Calcúlese por plieron lo que dichas instrucciones prevenían. este solo hecho cuan grande es la responsabilidad Está fuera de duda, que al Gobierno español le de los que niegan su concurso á la política. Verdad constaba, desde el año 1875, que Alemania había es que políticos son los que haa realizado semejanpuesto sus ojos en las Carolinas; y está fuera de de- tes hazañas: pero ¿las hubieran llevado á cabo si la da también, que hasta Julio de este año no trató de inmensa mayoría de la Nación no hubiera abandonaasegurar nuestros derechos sobre las citadas islas y do la defensa de los propios intereses? matar en germen toda pretensión extraña, enarboDebemos pues combatir sin tregua el indiferentislando en aquel archipiélago el pabellón español Es- mo, causa de nuestra decadencia, y atraer alas filas tá probado, que llegaron á Yap nuestros buques el del partido republicano á los hombres de buena- fé, 21 de Agosto, sin que se sepa aun porqué dejarort escitándoles para que coadyuven én la medida de ADVERTENCIA. izQ. 8 de (gowímbrsde 1885. sn fuerzas A ¡a regeneración d la patria. Nosotros les esperamos con los brazos abiertos segaros de qué su concurso ha de llevarnos al triunfo de nuestro ideal, que en síntesis es el triunfo de la justicia, á cnya sombra se desarrolla la libertad, la igualdad y la fraternicjad. Nosotros pretendemos ganar su voluntad y merecer su apoyo, por la probidad y la rectitud de nuestros actos, la sinceridad y la lealtad do nuestra conducta, la justicia en nuestros juicios, el respeto y veneración á nuestros ad versarios; que de este modo resplandecerán las prácticas democráticas, formando verdadero contraste con las nebulosidades, vicios; abusosy corruptelas que de ordinario so observan en lospartidos doctrinarios. E. B. BOCETOS. RosiERO ROBLEDO. íl jefo de los lu waves no ptrtcjiece á esa raza de hombres- que son grandes hssta en sus errores; por esto no figura en 1. a listn de. estadistas sabios, ni en. la de los oradores elocuentes, ni en la de los jurisconsultos eminentes. S ii convtM despierta sim atías; Ha protección que disjiensa á sns amibos y el interés que demuostr. -i cu eomplarer á sus correligionarios, mantiene á su alrededor, oo! ii ncto y disciplinado, un núcleo de hombres polílicos, inspini l ri por la gratitud, U le rinde fervórese cultíx Añádase qne es i n proi) a randista infatigable, y un buen jefe de pelea, y el que cono 7 xa el país de pan y toros, se es li (Rrá pcríectaniente que un político déla talla de Romero Robledo llegue á ocupar elevados puestos, reservado. exclusivamente á las inteligencias privilegiadas. P. ira enredos electorales y travesuras políticas, no tiene rival el ex- pollo antecjuerano, Puesta en prensa su inteligencia, de allí en confuso tropel salen Poncios atrabiliarios. esterminadores de Ayimtamientos, teorías rara? declaraciones atre idas, elogios de sus actos. l jr los deljatcs parlamentarins nunca pierde l a serenidad, ni conserva la seriedad. Sus discursos, cuanáo no están cuajados de chistes, son soporíferos, ó apasionados c intemperantes. Algunas veces se presenta como imitador de González Brabo; casi siempre como el prototipo de los escépticos. has campañas electorales y ol cantonalismo sanitario le han convertido en demolcdor del prestigio del partido conservador. Sus ideas, como el amor de J. Juan Tenorio, han recorrido toda la escala política. SiLVELA. Hed ahí un ministro, que así suelta una discrepancia que suena en el oído de loa ministeriales cual la trompeta del juicio final, como sangrientá peroración contra los derechos, dignidad é independencia del profesorado; que a s í canta el trágala á Rotnero Robledo en la Academia de Jurisprudencia, como el miserere á Cánovas en holocausto al sentido jurídico. Orador más correcto que Cánovas, Pidal y Romero, no tiene para la mayoría la importancia de estos; pues miea- tras Romero es el cante flamenco de la situación, Pidal el canto llano, y Cánovas el Depro undis, el no es más que nota discrepante en la orquesta ministerial. Y es que este hábil polemista, tínico del banco azul que merece la calificación de orador parlamentario, por ser el linico que sabe sostener con precisión y seriedad un debate, carece por completo de iniciativa; siempre en continua duda, siempre cual Hanilet, fluctuandoentre el ser y el no ser. Su concien-
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Las Pityusas - 15/11/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851115]
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t- U: 0. DIRECTOR; JUAN ARABÍ RESBETO, Puntos de. mscricien: En la Adinón. del periódico y enla Imprenta de Escanellas, San Telmo, 8, bajo. Precios de suscrición: Trimestre, Py pts. Semestre, j pts. Año Spts 1885. AÑO I. IBIZA DOMINGO 15 DE NOVIEIVIBRE DE NUM 6. Toda la correspondencia al Director. referimos: Bogamos ú nuestros abonados que m olvido ó des- Es escandaloso que llegando á las cinco ó á las cuido de los repartidores hayan dejado de- recibir cinco y media de la tarde el ccíreo de Mallorca, no alguno ele nuestros números, se sirvan, xeclamc lo en se reparta ai público la correspondencia hasta el dia siguiente; pero más escandaloso es aun, que la Imprenta de este periódico. mientras el público en general ha de esperar con san 4 simismo les supUcamas se dignen advertirnos cualquier falta que e 7i lo sucesivo noten en el rcpar ta resignación y con detrimento acaso de sus intereses, que se reparta la correspondencia á la hora que to de LAS PITYUSAS, á los señores empleados en correos les acomoda, sin que de nada le sirva el ir á buscarla en la misma Administración; algunos guapos mozos disfrutan la preeminencia de obtener de tapadillo, su correspondencia, al poeo tiempo de haberse recibido en esta Estafeta. CUATRO PALABRAS. Tales abusos, que constituyen un irritante priviSiapasiói ni encono; sin odio ni en- a amiento, legio á favor de determinadas personas, es necesacual corresponde á la prensa qne estima en algo su rio que terminen de una vez para siempre. Enemigos nosotros de todas las desigualdades, esdignidad y su buen nombre, hemos denunciado algunos de los innumerables abusos que se, cometen taraos resueltos á insistir sobre este asunto, hasta en esta desgraciada isla, á. fln de que, por quien co- hacer que se nos oiga por quien tiene el deber de oirnos. iTespoada, se les aplicara oportuno correctivo. Lejos de ser atendidas nuestras indicaciones, como es costumbre en todo país cuyo estado de civiliEL HOSPITAL DE ifelZt. zación alcance á comprende) la elevada misión que Como en la actualidad oícece interés todo cuanto se reá la prent a está confiada, y á agradecer, como es defiere á nuestro Hospital, consideramos oportuno condensar bido, les sr. crificios de quienes toman á su cargo la en breves líneas las noticias que hemos podido recojer soímproba tafea de velar por los intereses públicos, bre el particular. nuestros escritos han venido á levantar tempestaEl Hospital de Ibiza se halla instalado, hace tnás de. 40 des de quejas y protestas por parte de aquellos que, años, en el edificio que ocupaba el antiguo Hospicio, siacostumbrados á hacer cuanto se les antojara, sin tuado en la parte alta de la Ciudad, contiguo al cementeque una sola voz se levantase á recordarles el cum- rio viejo, y al pié del baluarte de S. Juan. plimiento de sus deberes, vense atacados por nuesEl aspecto que ¡resenta el interior y exterior del edificio, tro periódico en el camino de abusos y de arbitrarie- lo mismo en su conjunto que en sns detalles no jjuede sadades que hasta hoy han venido siguiendo. tisfacer á nadie que haya visitado esta clase de estableciY no se limita á simples quejas y á protestas ver- mientos benéficos. En el piso bajo están las enfermerías de bales, el proceder de los, que se creen aludidos por mujeres; en el principal, se encué. ntraa dos espaciosas sanuestros escritos: ha llegado ültiraamente, el caso de las para hombres. Carece de salas especiales para colocar ser brutalmente acometidos, á consecuencia del los enfermos que han sufrido opciaciones; y para practicar suelto que referente á la administración de co- autopsias. El mobiliario es muy pobre, y se encuentra en mal estado, escepto las camas, que es lo tínico que se conrreos publicamos en nuestro número anterior. serva. Dícese que escasean las rcípas de cama, ño obstante Si, se ha creído por tan infames medios imponer- de que para s- i conservación se consignan anualmente 250 nos silencio, sepan que han errado completamente pesetas. el camino: que no han de servir los tropiezos que á No hablemos del material científico, Pásmense nuestros nuestro paso se amontonen, si no es para multipli- lectores, y pásmese el mundo entero: en el arsenal de cirucar nuestras fuerzas y hacer que con más ardor que jía del Hospital de Ibiza no figura ni siquiera un bisturí. nunca prosigamos por la senda que, desde nuestra Cuando se practica una Operación, empléanse los instrumentos que posee el cirujano. aparición nos hemos trazado. Las autopsias se practican ál aire libre, en el patio ó Abiertas tienen las columnas de nuestro periódico huerto del hospital, colocando el cadáver sobre una pa, cuantos puedan creerse ofendidos por algunos de rihuela que sirve para conducir los cadáveres de los pobres nuestros escritos, para insertar las aclaraciones ó al cementerio. La caja de autopsias se compone de tres ó rectificaciones que tengan por conveniente. La ley cuatro instrumentos, viejos y estropeados, que hacen sudar les concede este derecho, y aun cuando la ley no se el quilo á los médicos que los emplean. lo concediera, nosotros, en prueba de nuestra iraparAsegtírase que hay enfermos que deberían pasar á los ciaUdad y de nuestra buena fe, se lo otorgaríamos Hospicios, Asilos de Incurables, Manicomios, Casas de gustosos. Maternidad, y permanecen en el Hospital, dias y más dias, Pero si alguno prefiriese ventilar en otro terreno meses y más meses, causando estancias y ocasionando gas (sin escándalos y espectáculos al aire libre que á ria- tos que deberían evitarse. Calcúlase que ascenderán á unas 6,000 estancias las que da conducen, si no es al desdoro de quien los produce) causan los eníermos que anualmente ingresan en el hospilas cuestiones suscitadas ó que puedan suscitarse, conste también que nos tiene por completo á su dis- tal; y si agotan, como se cree, la partida de 6.200 pesetas (en el presupuesto del aiio anterior figuran 6.700 pesetas) con posición: y conste por último, quepersuadidosde que signadas por víveres, utensillos- y combustible, resulta que estamos aún en pleno salvajismo, y de que no basta solamente la alimentación de cada enfermo, importa más la pluma para dedicarse á las tareas del periodismo, de una peseta diaria. quedamos dehoy más convenientemente preparados, Afírmase también que no se ha publicado ó no se ha forpara contestar á la fuerza con la fuerza. mado el reglamento del Hospital, y por consiguiente los funYéase, ahora, el suelto á que anteriormente nos cionarios no conocen todos sns derechos y sus deberes; y ADVERTENIA. biza 15 de oviemhre áeí 885 que el abastecimiento de víveres no está adjudicado, como se acostumbra en todas partes, por medio ÚQ subasta pública. El personal encargado del Hospital es el siguiente: un Director administrativo que disfruta ua haber anual de 375 pesetas; un auxiliar del director que cobra 925 pesetas; cinco Hermanas de la Caridad que como honorarios perciben 12 r 5 pesetas, además délas 500 pesetas que se les entrega para conservación y construcción de vestuario; y dos sirvientes que reciben 180 pesetas. En la plantilla del personal facultativo figuran lyi médico y n cirujano, con el haber anual de 540 pesetas cada uno; y un ministrante con 180 pesetas. En las operaciones que se practican, ayudan al cirujano alguno de sus compañeros de profesión que no desempeñan ningún cargo en el Hospital. Sin el concurso de aquellos practicantes, el cirujano tendría que practicarla solo. Lejos de nuestro ánimo el propósito de censurar y exijir responsabilidades á nadie por el estado verdaderamente lastimoso en que se encuentra el Hospital. Esponemos los hechos, con su elocuencia arrebatadora, á la consideración del público, sin comentarios de ninguna clase. (grónica de las ityüsas El ilüSbrado corresponsal de E Balear nos favorece demasiado dedicando á nuestro semanario y al asunto del hospital por nosotros tratado en números anteriores, toda su carta del dia 3, inserta en el mencionado diario palmesano. Agradeciendo á dicho corresponsal la justicia que hace á nuestras intenciones y las frases, tan lauda torias como inmerecidas que nos dedica, ha de permitirnos que procuremos dar contestación á algunas quejas que muy cortesmente insinúa en la correspondencia á que nos referimos. Quéjase el ilustrado corresponsal, de que después de largos años- -son sus palabras- de administración de nuestro hospital, generalmente perjudicial para los intereses del Municipio, no se haya hablabo del asunto, ni se hayan vertido censuras hasta el momento en que una corporación resuelta á cumplir sus deberes demostró sus honrados propósitos; cuando precisamente á los honrados propósitos que animan á la corporación que se halla boy al frente del Municipio se debe, que el público haya podido enterarse de algunas de las faltas que se cometen en aquel establecimiento de beneficencia y que nosotros hayamos podido consignarlas en las coluiunas de este periódico. Sin las visitas del señor Alcalde al hospital, cuyas visitas dieron por resultado el descubrimiento de los hechos que denunciamos, es más que probable que nada sabría aún el público de lo que en dicho establecimiento acontecía; ni hubiéramos nosotros dedicado una sola frase á dicho asunto, ni el Ayuntamiento hubiera creído necesario nombrar una comisión especial, para que en unión de la de beneficencia inspeccione el régimen interior y administración del hospital y propongan lo que crean más conveniente á su mejoramiento. El inmoderado afán de hacer propagandas oposicionistas de que nos habla el corresponsal del periódico palmesano, no puede tampoco rezar con nosotros, que en esa cuestión del hospital hemos pro-
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Las Pityusas - 24/11/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851124]
Las Pityusas - 24/11/1885, Pàgina 1
i DI ECTPR. -JUAN ARABÍ RESPETO, i Puntos de suscrictón: En laAdmon. del periódico y en la Imprenta de Escanellas, San Telmo, 8, bajo. IBIZA ANO I. Precios de sus cricion: Trimestre, i jj pts. Semestre, j pts. Año ¿pts Toda la correspondencia al Director. NUM 7. MARTES 24 DE NOVIEMBRE DE 1 S 85. ADVERTENCIA. puesto. Besde el presente número saldrá LAS PITYUSAS el Véase en prueba de ello la notificación que les hamartes de cida semana, en vez de verificarlo el do- ce El estandarte, órgano del señor Cánovas del Casmingo como venía haciéndose hasta hoytillo- im 24 de (gonembre de 1885, Habló el Papa. Y todos, íntegros y mestizos, se apresuran á adjudicarse la victoria; y encuentran todos, en la última Encíclica, arsenal abundante de razones en abono de sus opiniones respectivas; y siguen excomulgándose unos á otros con toda cordialidad, torturando, ahora, las palabras del Pontífice, á fin de basar en ellas sus recíprocos anatemas. Quedamos, pues, como antes, sin saber quienes están con el Papa y quienes son contra el Papa; ó para hablar más propiamente, seguimos ignorando á cual de los dos bandos que traen hoy revuelto el mundo católico se inclina, la Santidad de León XIIL Podrá la Encíclica morta e Dei dejar algo que desear para aquellos que quisieran quede una vez se fijaran en un punto las opiniones del jel de Ja Iglesia católica, pi ra. que de una vez acabaran también las deplorables contiendas entre católicos de El Siglo Futuro y católicos de La Union, quienes representan, en nueí tra patria, las dos tendencias que ostensiblemente trabajan el seno del catolicislíio: pero no puede menos de admirarse en dicho documento la alta penetración de León XIII y aun, más que su penetración, los propósitos en extremo conciliadores que le animan y su afán, quizás exagerado, de contemporizar con todos, lo que le obliga á mostrarse un tanto vago en sus declaraciones y hasta, según cómo y por quién se mire, dá lugar á que se note alguna contradicción- -teto? íe si se quierepero contradicción al fin, -entre la Encíclica Inmortale Dei y la Mirari vos y el Syllabvf, de sus antecesores Gregorio XVI y Pío IX, de feliz memoria. Doctores tiene la. Iglesia, y á ellos mis qué á nosotros incumbe averiguar si existe ó no existe la tal contracfieeión, y si hay ó no hay antinomia entre las palabras del Pontífice al afirmar, por un lado, que no excluye la Iglesia forma alguna; política y que cabe que los ciudadanos intervengan en el goJsierno de los pueblos; y al condenar, por otro, la libertad, tal como se permite en las jíiodernas Constituciones, y el principio de la soberanía del pueblo. Dando de mano á la Envííciíca de León XIII y en trando en más pedestres consideraciones, parece segur 9 que el ministerio actual abrirá las Cortes, si es que llegan á abrirse, cosa aun no resuelta definitivamente; y que prolongará su vida más allá de la dis. cusión del Mensaje, si hay Mensaje y hay discusión; porque pudiera muy bien suceder, y así lo afirman ministeriales caracterizados, que se verificase la apertura de las Cortes sin solemnidad alguna y sin discurso de la corona. Si se confirman las precedebtes indicaciones, ya pueden los fusionistas ir dando lafgas á sus esperanzas, y guardar para mejor ocasión sus afiladas armas los Martes, y AlonsoMartiuez, ySagasta, yMon. tero Rios, hasta que al coloso le plazca dejarse derribar, á lo que, hoy por hoy, no parece muy dis- Pero, como decíamos ayer, estas son ilusiones de los unos y de. los otros, que el tiempo se encargará de desvanecer. Nada indica ja proximidad del advenimiento de los fusionistas en el desarrollo lógico y normal de loa sucesósí porque no solamente él Gabinete liberal conservador posee la confianza dej rey y el apoyo de las Cortes, sino que hay pendientes asuntos graves de política interior y exterior, á que el Gobierao actual debe dar cima; y aunque 16 que llaman los fusionistas el poder moderador se inclinase á favorecerles, y aupque en cualquiera ocasión Irt puede hacer, en uso de su gran prerrogativa, no es de cret r que lo hiciera en estos momentos, atendiendo á la perturbación que un cambio de esta especie necesariamente habria de introducir en esos asuntos. Esperen, pues, los fusionistas; no se apuren, no pierdan la pacienc- ia, ya se les dará oportunamente el poder que cOn tanta ansia solicitan; pero se les dará cuando pueda traer menos perjuicios al país; y quiera Dios que entonces logren borrar con una conducta acertada, prudente y patrió tica la mala impresión y los funestos recuerdos (jue dejaron de su administración anterior, el desprestigio en que sumieron al sistema representativo y la infracción que cometieron de la Constitticiórí y de los leyes. Esperen, pues, con paciencia los fusionistas, la lie- gada de, mejores tiempos. Continúan las negociaciones sobre las Carolinas, y continúa el Papa trabajando en su cargo de mediador; pero de esto, como de lo ocurrido en Yap, y de las instrucciones que llevaran nuestros marinos, y de la conducta observada por Capriles y España, y de cuanto se relaciona con este desdichado asunto, solo sabemos que no sabemos nada. ÉL HOSPITAL DE IBIZA. II do por 50 céntimos un excelente alimento, suficiente para mantener en la plenitud desús fuerzas a u n trabajador, por ruda que sea la faena. No sabemos si el régimen aliríienticio del Hospital de Ibiza es tan reparador como exigen los higienistas; pero sí podemos asegurar que importa doble cantidad que et que consumen los trabajadores del Havre, lo cual nos parece escesivo, y aún lo parecería más si se conociese el número de eníermos sugetos á dieta, el de los que están á media ración y á ración entera; porque la diferencia entre lo que consumen unos y otros, no carece de importancia. Compárese también el consumo diario de nuestro Hospital, cen el del Hospital de Valencia que es, sin duda alguna, uno d é los establecimientos benéficos mejor montados de España, y que se cita como modelo en su clase, por todas las personas que poseen conocimientos médicos y administrativos. Para la exacta comprobación del consumo diario, la Dirección del Hospital de Valencia publicó en 1872 un estado espresivo de las raciones que corresponden á todos los asilados; y de dicho estado se desprende que Qn diez y siete ra íiA de enfermos pobres, 3 e distribuyen 4.029 gramos de carne y 8.3 i3 gramos de pan. En el Hospital de Ibiza el consumo medio mensual de carne puede calcularse con bastante exactitud en unos 100 kilogramos, i él de pan en unos 320 kilógramWs. Dividiendo estás cifras por 510, que es el número que arroja la suma de diez y siete estancias dlÁrias, resultará que: á cada ración corresponden 196 gramos de carne; y si de las 510 estancias se restan las que corresponden á las dietas, tendremos que en las ra; ciones de nuestro. Hospital entra lamisma cantidad de carne que en las del Hospital dej Va lencia. En nuestro Hospital se consumen unos 320 kilogramos de pan cada mes; diez y siete estancias diarias consumen 10.666 gramos, resultando que en cada ración entran 627 gramos, es decir, más que en las raciones qUC suministra el Hospital de Valencia. De todo lo espuesto se desprende que la alimentación de los enfermos de nuestro Hospital, es más cara que la de los trabajadores del Havre, iñiportá lo mertoS tanto como la del PldSpital de Valencia; y que ton la cantidad de 6,200 pesetas consignada p i el presupuesto de Beneficencia b. sta y sobra para establecer un régimen alimenticio excelente en el Hospital de Ibiza. En nuestro número anterior apuntamos algunos datos relativos al estado deplorable en que se encuentra el Hospital, no obstante de que el presupuesto de gastos de Beneficencia asciende á I 2 7 T 4 I O pesetas; cantidad que se estima suficiente no solo para atender con holgura á su sostenimiento, sí que también lo es para introducir cuantas reforma, s acotiSeje la ciencia moderna. Indicamos entonces que el alimento de cada enfernjo importa rilas de una peseta por estancia y calculando que asceinderáw á unas ójooodas que causan los enfermos que anuaimenteingresanen el Hospital, resulta que en la alimentación se invierten unas joo pesetas mensuales; es decir, la mitad del presupuesto de gastos. Para que pueda apreciarse mejor el valor de estos datos, compárense con los que ha recogido el señor Moret, en sü viaje al Havre, sobre las Tiendas Asilos establecidas en aquel puerto con el objeto de ofrecer al obrero una alimentación abundante y reparadora por un precio reducido. Tan benéfica institución fundada por Mr. J. Piegfried, reparte á cuantos se presentan y al precio de lo céntimos cada una, las siguientes raciones: por la mañana; sopa de carne, ó pescado con legumbres y café con azúcar; al medio dia, sopa con legumbres y tocino; guisado de carne con patatas; y por la noche, otra sopa como la de la mañana y arroz con tocino. La ración de pan que se sirve á todas horas cuesta, como las otras, diez céntimos. Suponiendo, pues, -dice el señor Moret- -que un obrero acude á la tienda tres- veces al dia y tome por la mañana una ración de sopa, otra de carne al medio dia y otra de arroz á la noche, con más dos raciones de pan, habrá teni- COMPARACIONES. I Cuando espíritus ilusos, están clamando contra las costumbres de nuestra época, oportuno nos parece estudiar el fundamento de sus apreciaciones. Para dichos moralistas, la generación presente carece de pasiones nobles y elevadas: el honor, la abnegación y demás virtudes que eran la norma de otras generaciones, han dejenerado en la actual en grosero positivismo. Creemos que estos erróneos y exagerados juicios, son reflejo de aberraciones mentales ó de impotente decrepitud. Esta generación, Sin haber llegado á una perfección absoluta, esta más en armonía con los principios de- moral que las anteriores. No porqué la ciencia haya desvanecido preocupaciones que eran patrimonio de otras épocas, y el progreso haya modificado las funciones sociales, se ha de. hundir el organismo en el lodazal de sensualismo repugnante. La ciencia, al impulsar á la humanidad por la vía del progreso, aumenta la potencia de sus facultades anímicas. Y ora remontándose al estudio de los
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DIRECTOR; JUAN ÁRABÍ RESPETO, Puntos de suscrición: En la Admon. del periódico y en la Imprenta de Escanellas, San Xdfn 8, bajo. i recios de suscriaón Triniestre, 1 pfs. Semestre, j pts. 1885. ANO I. IBIZA Año ¡pts NUM 8. SÁBADO 5 DE DICIEMBRE DS Toda la eorrespondencia al Birector. la patria exige que, deponiendo antiguos agravios y pla con sistemático desvio. Esa prevenciSn s e h a aumentaabandonando diferencias que solo sirveu para hacer do desde que aceptamos la mediación del -P. ontífie, 4 estonios é ineflcaces, para la causa del progreso, las quien, para. tales efectos, reconoció, soberano. tímpáral, yar otra Tez, la muerte déí ÍÍMaPca, viene á dejur grandes fuerzas. que encierra el gran partido repu- que no el emperador de Alemania) uaHdQimfinp! S. eí re) rde- n lTÍ bos il ínáiliembr- a; lásf- ríeBdaS del iEstado, y r: v A blicano; unidos todos y compactos como un solo Prusia. A la nación éxpíiésta Raévameáte, á laa contjugea- Austria deplora reacorosameuto aipárdída, q e. CDn, i íties jj hombro, esperemos, con el arma al brazo, los acoutros tratados han sufrido los centenas. húngaroí) fti (iervtr S: cirfs cíe -uBaíaí- ga 2 wojid que, cofco todas, ofrece. teeiraientos que, según parece, no han de tardar ea que su emperador recibe sin disimulo y, devuel. Ve: ínniediar, i tan sólo en perspectiva un porvenir de borrascas y sobrevenir tamente la visita- de D. Carlos. tuAulenoias, aun cnando seají grandes las dotes y Mucho esperamos también el partido á quien, Los Estados- Unidos, cuya simpatía se enageo el gpbier- Jos merecí mientes d- e la Reina Gobernadora. haciendo uso de su. s preri ogativas, lia confiado la no conservador al originar la suspensión def tratado. -de GOEa Historia enseña, y la de nuestra patria conReina Gobernadora, la direce ÓH: 4 e ios asuntos pú- mercio, retráense más aun en presencia de: las ¡malévolas é, firma eón abuadantes ejemplos aquellas enseñanzas, blicos. Heredero de las glorias de aquel antiguo par- imprudentes insinuaciones con que la prinsarmitiisterial. sa, que las revueltas y ios trastornos: forman el. insepa- tido progresista á cuyos heroicos esfuerzos se debe ludo, antes de que acá llegase, al nuevo plenipotenciario en ¡rabie cortejo de las regencias femeniles y de la meei afianzamiento de nuestras hbertades, no duda- víado para reanudar las interrumpidas Begosciaciones Vi- nor edad de los monarcas. mos que ha de obrar, en el méniento supremo, co- den ya proteccion páras- us. misioneros délas Carolinas Q- Ya son los -Laras yi los Castros, quienes enrientales; y mañana pedirán derechos iguales iá los recliarBa- mo lo exigen sus tradiciones y sus compromisos. c éndén eri GasLií ala güeixa- Civil, durante la midos por Alemania y el Reincí Unido ¿Qtii én sabe si no IdSi nbridad de í lfoHsQ yiíI: ya, loB juíaottaD- Juan el pedirán con los ojos puestos de través en Cuba? de Fárífaj S: Enrique; los Haros, Cerdas. y Laras A todo esto, hállase pendiente el arrufo del- protocolo I- NVENTARIG. qíiiieHés, disputan áda insjgne. Doña María de Mod e las Carolinas -Í Í ¡t: r Pudierorr jjaSar por los de Joíó- y Borneo, los- HberáíléS di lina lá regencia, y el trono áijfernaado lY, conmueI- Iay un. a majestad más sagrada qne ninguna: la majestad nósticos, supuesto que íiD habían am éná zadd iAoncéá- cdn t j basta tal punto el reino, que poco faltó para de la muerte. declaraciones de guerra; pero, ¿cómo pasarán ahbm; iii- a- queso desmenbrara y repartiefSB la monarquía, tal Hay un espectáculo, el de la juventud prematuramente cuál. había ciuedado ála muerte de San Fernando: cercenada, ante el cual Imblan y se hacen oir tan solo los ceptarán á los ojos de la nación, edificada por sus anterioyú son los infantes D- Pedro y D. Juan, los Laras y dos sentimientos más puros de ue el alma es susceptible: res vehenieotísimas protestas, responsabilidad tan terrible? GIU. CIA y JUSTICIA. los Cerdas y otros magnates y deudos del monarca, el de humaüidad y el de misencordia. Se anurjciapara dentro de. algunos dias. la, vista de la cé- Saludemos con respeto los fcpojos del que fuá Rey de iQÜtenesfei. cftadéla Biinoi íaVíe Alfonso XI una d- e lebre caiisa de Bornos, ¡al cabo de 13 apos! i ¡1. las lüás agitadas y tnrbuleutas que registra la his- España. No es tiempo todavía de hacer el jiiicio de su reinado; Durante esos 13 años, hari. sufrido en la cárcel- varios int jria. Y en las de Enrique III y de Juan II; y en las dé Carlos II y de. la hija de Fernando 11, en todas y aunque lo íuera, nosotros líos abstendríamos de tal em- dividuos, y no ha habido lugar: ni ocasiofli ni voluntad de, presa, temerosos de que alguien nos supusiese tocados, en lograr el debido exclarecímiento. -j se ve á la nación cmelmonfce desgarrada por bandos, hora tan sí) emne, de interesfida parcialidad política. A diario llueven ios indultos; hay íludijencias que. no pue que se disputan con eücarnizaraiento la tutela y la Pero, es tiempo ya de apreciar la situación creada á los den con ciertos juzgados; cuando se tratado legitimas- d. e- regencia, cuando nó la corona. partidos militantes por el faneciniienío d s D. Alfonso XII, voluciones ó indemnizaciones; en nombre de la unidad! -dei ¿Será más afo. rtanadaea la gobernación del Esta- y de clasificar é inventariar la hérenciagubernamental, que criterio; se ha visto no, ha mucho el. rriin- isterio flgcal en, do la reina viuda de Alfonso XII, Doña Maria Cris- aspiran árecojer los liberales- dinásticos á impulsos de u- contradicción consigojmismo, y está sentada ana. jíu sta, tina? na irrefiexihle ipipatieneia. premisa en lo relativo á la cuestión de competencia. Para ver lo que dija el partido conservador ál cabo de La agitación que se nota en ei campo absolutisPeor es aun el precedente (jue atañe á las regalías. Conta; los preparativos bélicos y los frecuentes conifi- once afios de gobierno, interrnmpidoñ á medias por un pa- tra un obispo que, al parecer habia trasgredido taa, leyes Uábulos cielos eternos enemigos del sosiego y de la réntesis fusiónisía é izquierdista, basta fijarse con al, una a- del Es ado, apelamos ante Roma. Mañana cu alquier otríx litiertad de la patria, todo ñaco presumir, harto fün- tención en el estado presente de los ocho departamentos mi gobierno que prescinda de tal jurisprudencia, tropezará: ne. cesariamente con laj abierta oposición del 5 umo, PontífifCe. i dadamente por desgracia, que el Pretendiente ace- i isteriales. En cuanto al matrimonió civil, á causa: de las transaccio ESTADO: cha el instante oportuno, para intentar otra campanes de diez años, fuerza será comenzar dé nuevo- y. estreFrancia nos mira con recelo desde jnace largó tiempo, y ña en que renovar los iaiireles de Oroquieta y las llarse otra vez en ios obstáculos con. que 1 fainoso decreto proezas de los Saballs, Santa Cruz, Alcabon y Sama- más aun, desde que con motivo de las últimas elecciones de Cárdenas dejó obstruida la, soeiedade pafiola. Ü Y, generales, una parte de la prensa españclaj mostró al desniegos. euEKBA. La muerte de Alfonso XII, dejando á su heredis- cubierto aspiradiones y sentimientos hostiles. Portugal no nos peíd na el habeí asistido i la Conferen ¿Qué reformas se han cumplido? Ninguna; antes pdr el ro en la cuna ó aun, tal vez, en el claustro materno, cia de Berlin, donde se tramó la pésdida de su imperio co- contrario, yacen, desechas y aborninadas las jpfopiiesias oír ia venido á infundir alientos y á resucitar esperan- lonial, y harto claro ha revelado, en el reciente suceso de un ministro liberal, cuya gestión de fres rnéles escasos há; zas que, si. porlo absurdas y anacrónicas no han de la isla Cristina, su desconfiíVHza y. i! ií la voluntad hacia los dejado tan buenas semillas como grato; recuerdos. verse realizadas mientras no se extinga antes la ra- españoles. Quedan tan solo modificaciones pueriles q ínütiles de inza de los hombres libres, no por eso lian dé cTejar; Inglaterra no pierde ocasión de hacernos pagar la infor- dumentaria, recelos mutuos y la novedad dé 108 suminiáde ocasionar á la patriajiuevos eligís de desolación y malidad y el poco tino, con que; cortamos la negociación. tros militares, ideada por un geiieral -fiisiónista, Sóbíe cullanto. l íno us vivendi, A CQ- ntiij: de los pnixieros dia. s de Agos- yos corr. ligionanOT habrán de pesar en su dia las conse fío- les basta, no, á. lQS que, quisieran retrotraer la to, púsose al lado. d. e. A. leraatiia, á quie, n suministró como cuencias de que se eximieran los conservadores. Queda a nación las- tinieblas, del, absolutismo, haber llenado datos preciosos los despachos dé Layará y Hazñeid; díspó- si mismo, el proyecto de la Asociación católica de San Fer de lágrimas v sangre en dos guerras, tan largas co- nese á pedir igualdad de derechos én nuestras posesiones nando y antíago. del Pacífico: por boca de Lord alísbüry amenaza nuestros MAfilNA, mo afrentosas, esta noble tierra de España. Los peNo tenemos escuadra y nos hallamos en este pvinto en- -riódicos dé- Cataluña, como los de las Vascongada vinos de j réz, al par qué nos agrá ia con desdeñosos sarloa de Yalencia, comQ los de Aragón y Castilla la casmos, y por conducto del Times nos echa en cara el situación peor que la de 1874: por cada barco de sistema socorro dado á las provincias andaluzas, aprovechando la atrasado que se construyeen ajenos astilleros, púdrese alYieja, están contextes en suponer que algo se trama Ofortuhidad para hablar de supuestas malversaciones. guno en los propioí; según los nuevos, inventos, resultarán contra la libertad, por los partidarios del antiguó Italia recuerda nuestas vacilaciones entre el Quirinal y inferiores los escasos torpederos, que- v, an llegando á nues régimen. el Vaticano; el rompimiento del muro de nuestra embajada tras cosías, y toda la explosión, del. sentimiento nacional Urge, pues, que las huestes democráticas se unan en Roma, d fin de que, por la brecha y no por la puerta soliviantado en etiembre no ha determinado más q i la y concierten para librar, si el caso llega, la- última y piipcipal éntrasela reina Margarita; las declaraciones he- adquisición de dos caza- torpedos y un clipper. decisiva batalla contra los defensores del pasado. chas ex- abvndantia cordis, aunque luego rectificadas, por Cuando flote nuestra bandera sobre el acorazado Pelayo, La coalición democrática, por todos anhelada, se un ministro español en pleno parlamento... y á conse- tal vez tengan que ser desarmados uno ó dos de los acora jni. pone hoycon más. razón que nunca, La salud de cuencia de todo ello ó no secura de nosotros ó nos contem- zados antiguos. iza 5 de idmbre de 1385.
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MMéSééii MS SM DIRÉCTOK: JUAN ARABÍ RESPETO. Punto $i e smcriáám En la Admón. det periódico y en la Imprenta de Escanellai, Sdn Teimo, 8, bajo. ÍBIZA MARTES 14 DE DICIEMBRE DK 1885. ANO I. Precios de suscrición: Trimestre, J pís. Semestre, j pts. Año 5 pt Toda la correspondencia al Director. NUM 9. se mayor enconó Í 2 aí 4 de gicimbre de 18 SS. ventivaotronota ciáyOr animosidad ypartidarios den. Uno y cuentan con r uel tos tro de la corronipida fracción á que pertenecen; pe. Perezosos andan los ministros fusionistas en dar ro dadas las circunstancias, no seria difícil que el escolorido á la actual situación, cuando tanto se hace tadista antequerano alcanzase la victoria. Entonces, esperar el anhelado decreto de amnistía á los emi- el señor Cánovas se encerraría en su biblioteca, con grados políticos y de indulto álos- periodistas; que gran placer de muchos de sus correhgionaríos; ámees lo que ha de indicarnos hasta donde se propone nos que no se resolviese á cubrir la vacante que deSlegar en liberalismo, el Gobierno del seüor Sagastá. jó el señor Nocedal, haciéndose carlista. J í o s parecen jwwc íos d ¿as, los que lleva ya el acSi, por el contrario, fuese den- otado Romero Rotual ministerio dedicados al estudio del prx) yecto de bledo, es yfi. sabido que aprovecharla la primera coamnistía, para que no se empiece á dudar de sus yuntura que se le presentase para extender la partibuenos deseos, y á temer que siga don AntOriio, aun da de defunción al bando conservador, pasándose- después de su muerte ministerial, dirigiendo en es- con armas, bagajes y húsares ¡á la izquierda dinás íní la política de nuestra patria, como, después tica! deshancando á Becerra y Linares Rivas, y com de muerto, seguía ganando batallas á los moros el partiendo la jefatura con el general López Domínl) uen Cid Campeador. V guez, cuyo talento no está sin duda á la altura de Por el pronto, en lo único que puede conocerse su ambición y de sus pretensiones. En todas las poblaciones cultas los hospitales pueden faí ue tenemos G- obierno recién salido de la fábrica, De uno ó de otro modo, el espectáculo sei- á diver- cilitar á los cirujanos toda clase de instrumentos, desde los osen el movimiento de! personal que acusa la Gace- tido en extremo. Cuantas gestiones se han venido más sencillos hasta los aparatos más costosos- En, Ibiza el fa. Nombramientos y más nombramientos, dimisio- haciendo para impedir el estallido de los odios, ren- cirujano del Hospital que. es precisamente el único empleaiiesy más dimisiones; pero ni una disposición de in- cores y envidias tanto tiempo ocultos, no han he- tíóL. qiie no cobra el exiguo haber que tiene señalado, presta terés general, ni un solo decreto que venga á. demos- cho smo precipitar la explosión, y el país contempla los quéposee al establecimiento. El rubor tifie nuestras mejillas cuando pensamos que Ibitrarnos que no en l) alde se llama liberal, el Gabinete hoy con rupugrianeia invencible la inmunda exhibiza gasta mas de dos mil duros para sostener un Hospital, y del señor Sagasta. ción de la ropa sucia de la familia conservadora, dig que no se invierte un céntimo en material cientlñco. Bien es verdad, que harto que hacer tienen los na de ser fotografiada por Zola y fustigada y fumiLos que no conozcan la indóleneia verdaderamente muministros en acallar las impaciencias y aplacar el gada por el látigo de la crítica y por el reactivo del sulmana que distingue á los ibicencos, y el desvio censura ¡nojo- de aquellos de sus correligionarios á quienes desprecio público. -í ble con que toflos miramos los asuntos de más interés para s TO alcanza el reparto riel presupuesto, para que, seÍ la isla, difícilmente podrán explicarse las causas de tanto abandono y de nuestra decadencia. reno y tranquilo el ánimo, puedan dedicarse á más EL HOSPITAL DE IBIZA. En este capitulo no hemos d e enumerar defectos d ortrascendentales ocupaciones. ganización y proponer los medios que han de ponerse en Sobrado hacen los ministros con emplear en el es- la práctica para corregirlos. Nuestros trabajos se dirigen ájdeindio de sus proyectos respectivos, los pocos ratos Otro punto señalado en el primer articulo qwe hemos pu- inosthir la necesidad imjierioKa de crear ün arsenal de cique les dejan libres los amigos pedigüeños; por más que, crean muchos, y entre ellos nosotros, que para blicado sobre el mismo asunto, que merece nuestra aten- rujú. El escesivo número de heridos que ingresan en él HosestúcUaj- no. í e vá, á un ministerio, ni se cobran seis ción, es el que se refiere á la falta de ropas de cama, no obs tante de que, para su conservación; se consignaii anualmen pital exige, en primer término, la adquisición de los demen mil duros de sueldo. A bien que, nada tendría de di tos de que; se compone s. cura de Lister, admitida y genete 250 pesetas. í ícil ni siquiera de extraño, que antes de terminar 5 ílas noticias que circulan son exactas, y se agota la ralizada por todos los cjirujanps, desde que se conocen los sus estudios los actuales gobernantes, fueran susti cantidad quefigura. enel presupuesto, no comprendemos la resultados favorables que se obtienen con su aplicación, y el tuidos por otros que llevaran ya aprendidas las re- escasez de ropas que se observa en el Hospital. influjo favorable que ejerce en la salubridad de los hospi. formas que éxije elestado de cultura y la opinjón Conocido el número de enfermos que ingresan en dipho taies. general del país- Conviene, pues, encargar á la fábrica de Th. Baeschlin, establecimiento, deben montarse treinta ó treinta y ciiico en 5 chaífhausen, ó á otro establecimiento como aquel, toLas díBídeneias én el campo canovista alcanzan camas completamente provistas; esto es, con un jergón de ya las proporciones de una verdadera disolución. La paja, un colchón lleno de lana, una almohada con dos íun- dos los elementos de que ¿ousta la cura avntiséptica, si es tan decantada disciplina de los conservadores ha si- das, dos sabanas, dos cubrecamas y dos mantas pva cada que no se quiere adquirir el aparato que KUster ha inventado para la confección de la gasa feriicáda. do rota por Romero Robledo, á ¿uyas manos muere Cáma. Además de la bolsa de cirujla y de las cajas llamadas de ¿Supongamos, y no es ttiucho suponer, que asi estaban el partido conservador: ¡justo castigo á su pervermontadas en 1880; que desde entonces basta la fecha se han invertido anualmente las 250 pesetas consignadas eil -Véase lo que, ocupándose en este asunto escr be, el presupuesto para su cons ívacion, destinando 150 pesenueátMnauy querido colega La Discus ián: tas para la renovación de fundas para colchones y jergo Romero Robledo, en cambio, opina que votos nes, 450 para sábanas, 100 para fundas de almohadas, 150 í? oa triunfos, y está resuelto á mantener su candida- paracubrecamasy 150 para renovar la paja de los jergotura á la presidencia del Congreso, para humilar á nes; siempre resultará que durante el quinquenio de 1880 Cánovas del Castillo con una derrota parlamentaria 85, con 1250 pesetas se ha renovado casi toda la ropa de caina, quedando además, un. sobrante de 250 pesetas para qt e no podrán evitar- los votos de los fusionistas. la, adquisición de material nuevo que aumente el que figuCree y dice que hace ya tiempo que Cánovas está ra en la guardarropía del Hospital. amputaciones y autopsias debe ponerse á disposición del ci rujáno del Hospital, el aspirador de Richardson, el aparato de Esmarch indispensable en nuestro hospital porque se cuenta con personal idóneo para servir de ayudantes en algunas operaciones- el aspirador de Dieulafoy un aparato voltafaradico ó magnéticO farádico, yagéa el de DuBoisRaymod, el de Tripier, ó él dé Gaiffe, y todos aquellos aparatos exploradores que se emplean en medicina. Todo esto debe adquirirse tan pronto cpmo sea posible; y el año próximo consignar en el presupuesto de Beneficen cia uua cantidad para conservación y adquisición de ipaterialcientlfico. 5i así sé hiciere, en pocos años se llenaría el inmenso vacio que sé observa en nuestro hospital. decíto enfermedades contagiosas. El aislamiento está recomendado por todos los higienistas, y á ninguna persona de buen sentido pueden ocultársele las ventajas de este procedimiento. En cuanto á las salas de Operados, no debe olvidarse que laalinientacion, las curas, el hacinamiento y otras causas que serla prolijo enumerar, influyen poderosamente en la mortalidad consecutiva á las operaciones. Es preciso, además, convertir una habitación del Hospital en sala de autopsias, para evitar espectáculos poco edi ficantes que difícilmente pueden sustraerse de las miradas de los convalecientes y de la servidumbre de la casa. Otros; muchos defectos de organización y omisiones se descubrenjén el régimen interior de los departamentos, que producen una impresión desagradable en el ánimo de las personas que por vez p- i mera visitan el Hospital; pero todas ellas carecen de importancia si se las compara con las que dejamos apuntadas. inservible para dirígir un partido; ¡que á su insoportable soberbia se unenaKora signos de una decaden cía servil y geníalida les d 6 anciano impertinente! Censura coa las frases más depresivas la última crisis y llega á calificarla da rapto de delirio 6 Aegran traición del señor Cánovas del Castillo. En eí ex- présidénte del Consejo se obseiva un gran desden, quizá más afectado que real, hacia sa antiguo lugarteniente y presunto heredero. En el famoso e; x- rainistro de los cordones y. de la fuga pre- IV. La distribución interior del Hospital comprende solamente la división de las enfermerías en departamentos de hombres j departamentos de mujeres; y la subdivisión de estos en secciones de medicina y cirujía. Ta, n imcompleta clásiflcacbn ni satisface las necesidades de los enfermos, ni obedáe á los principios de la ciencia moderna. Cuando menos deberían instalarse iina sala de maternidad, y aposentos para los operados y los que pa- e nüestm correspomaks, -Palma 12 Diciembre de 1885. Sr. Dirfector de LAS PITTÜSAS. Muy Sr. ralo: Las catástrofes efectivas y reales que anunciaba yo en mi última carta, no se han
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Las Pityusas - 24/12/1885, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18851224]
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-viu- ít itf LAS PITYUSAS J f s dé suscrícídra En la Admon. del periódico y en la Imprenta de JisctineUas, San Telmo, 8, bajo. DIRECTOR; JUAN ARABÍ RESPETO. IBIZA. JUEVES 24 DE DICIEMBRE DE 1885. ANO I. Avcies de snscrición: Trimestre, i jj pts. Semestre, j pts, Mo pis Toda la correspondencia al Director. NUM 10: Toda annniqig mía transformación y íiza 24 de iciembm de 1885. descomposición ¿En qué sentido? Nosotros no n. uevos organismos. Nunca hemosfl. ádogran cosa de las promesas del señor áíaggsta, y f é qiia hasta la tio- a presente no hemos teaido que árrepentirnosíle nuestra- desconfianza, ni nos ha proporcionado, unaiüola vez si. -quiera. el a- ctual presidfate del Consejo de Ministros el placer, que en nosotros hubiera sido grande, de rectificar miestra opinión y luodificm: el concepto que nos merecen sus arranques tribunicios j sus prograraas liberalescos. ¡para naaestra basta un botón, machos son ya os botoiies que de su política nos ha regalado el señor Sagasta para que, sin necesidad de esperar á que lleguen nuevas muestras podarnos afirmar, sin riesgo de equivocarnos; que no es el sefior- -Vagasta, presidente del Consejo, el raisrno señor í iigasta, jefe le la oposición liberal, l robaríalq, cuando no bastase el ejemplo de su conducta en las varias ocasiones que lia ocupado el poder, la protección, verdad erívaaente paternal, que hoy le dispensa el señor Cánovas del Castillo, aun á trueque de producir en sus filas propias tan hondas perturba- ciones y Residencias de tal magnitud como largue capitaneaei ex- pollo antequerano; y la benevolencia, rayana en vergoní: ante ministerialismo, que le otorga la prensa conservadora. Y no es, ciertamente, aceptando el rssuelto, cnér f icoj decidido apoyo de los conservadores, ni cantando, cual hace La Iberia, las excelencias de. D. Antonio Cánovas del Castillo como ha de probarnos el señor Sagasta ue fueron algo nicls que simples pf hbrf. s sus promesas de e ler del lado de la, libertad: ni es prolongando la existencia de unas Cortes, s e g ú n él, ANTES PESIIOKRADAS QHE NACIDAS, COinO lo dudamos. Hasta en Jos cuerpos inertes, sin corciencia, qbra la ley del progreso; hasta en la muerte vive eficaz el principio que empuiafeacia adelante á todos los seres. ¿No hay nada? ¿Está todo tranquilo? EL HOSPITAL DE IBIZA. VI rante el año; lasr apiones de cabecera, en las cuales se. ha ce constar la edad, sexo, temperamento, constitución, aféc cion que padece y demás observaciones que cÓnstituyéii la historia clínica del enfermo; el número de curaciones alcanzadas y el de las defunciones ocurridas; y Otras noticias estadísticas que interesa conocer para pbdef mejorar los; servicios del establecimiento. Esta es la parte más- esencial dei capítulo de obligaciones que conviene señalar al Director, á quien debería con- cedérsele amplias atribuciones para que pudiera desempe. fiar con acierto tan delicado cai o, aumentando, como es. consiguiente el exiguo haber que tiene- sefialado en el presupuesto de beneficencia. Para completar el plan de organización es necesario qué se modifique ia plantilla del personal administrativo, creando una plaza de Secretario- contador aemunerada con cuatro mil reales. Este empleado seria el encargado de la coiitabilidad del establecimiento, ejercería las funciones de secretario de h a dirección, y ademas dé todos estos trabajos, si no se han dictado disposiciones especialesque lo prohiban, podria encardarse de arreglar la cup. tion; d l98 c pios, y hacer efectivas las cantidades que por este concepto se deudan al Hospital, ya que el Ayuntatpiento, á pesas de sus buenos deseos, y de. los trabajos practicadps en otrai épocas no lo ha podido lograr, dando por resultado que algunas personas no pagan tan sagrada deuda desde haííé más de treinta años según dicen los que han ojeado el libro de censos del Hospital que se conserva en 1 a secretaria, del Ayuntamiento. Para conocer lo que habia de cIe, rto sobre esté pártíéular, en una de las primeras sesiones celebradas por el actual Ayuntamiento parece qüci se pidió ün estado expresivo de los censos que existen á favor del Hosí 3i tal, idnáíitti de los mismos, número de los tédímidofe é itüp rte t c M á que ascienden los descubiertos; pero éstos datos síri éaáS losdé cóftócé aiVn la- éorporáciontriutticipal; -porquede í, lo centrarlo, estamos e ufos que f Ayuntamiento hubift tomado algún acuerdo sobre tan importante asunto, El 5i cretario- contaáor, adamas, teniendo á la vista los datos recogidos en la Dirección, formaría el proyecto de presupuestos, presentándolo á fin d a afio- al Ayuntamiento para su examen y ajírotaaeión; y de psta suejt jna- se. a? picaría el rutinario procedipriiento de presentar los loismos presupuestos que han re gido el año anterior, cprap sucede con harta frecuencia; jje rendirían las cuentas á su déÉiáo tiempo, y los Ayuntaraien os forenses conocerían la invelr. sion dada al cqntingente que por beneficencia nári satisfecho. lia de dar satisfacción cumplida á los deseos y aspirá. cion (ís del pueblo liberal- Bien es verdad que zradá tiene de lisongeta la situación del sefior x íagasta, y que le falta tiempo: pai; a zurcir voluntades y acallar las impaciencias de. sus correligioaarios, que amenazan muy seriamente la vida del actual Ministerio, y con ella la de instituciones que no responden t las necesidades de la éjjpca ni á las exigencias de nuestros dias. Por otea parte, el estado de descomposición de los elementos ráonárquicos es evidtíñte. El partido conservador- -dice nuestro estimado colega La EepúMíca, -tan Arme, tan disciplinado, tan sumiso, se ha dividido en dos bandos llenos de pa. siones el uño (iontra e! otro, prineipios de- feuflen. cias y rumbos distintos. La fracción izquierdista se ilesconipóae y se disuelve, lanzándose todosá la ven tura, á lo q e salga- Y los grupos gobernantes no encuentran otro medio de unirse que la satisfacción de las ambiciones; de los intereses personales, á sabiendas de que cada suma que practican por unlado, significa p. or o. tro. una resta; á sabiendas dé que atraen á Alonso Ma. rtinez y sus amigos y alejan á lartos y á los suyos, de que ganan las simpatías de liOpez Dominguez y pierden las de Salamanca, y a aí sucesivamente. Esté desbarajuste lio lia eaiido todavía dé la esferá privado de los respectivos grupos; pero es ind. ii4 able que ese desbarajuste significa la elaboración de masas y el principio de ruidosos os. La- administración interior de los establecímierrtós de beneficencia- es- á todas luces el punto más importante de la cuestión que nos ocupa. Si nuestra meTnoria o nos es infid ei organismo administrativo de nuestro Hospital, durante el transcurso de do ce años ha funcionado bajo la dirección de facultativos, sacerdotes y otras personas que no peiteneceriá nínguna de estas clases. No trataremos de analizar la gestión administrativa d e ningún director. ni queremos establecer paralelo entre los resultados (jue lian obtenido en el ejercicio d aquel cargo; pero ya que hemos emprendido la penosa tarea de indicar todas las reformas que reclama el Hospital, debemos apuntar la; que se refiere á la designación de los sujetos destijiar dos para dirigir esta clase de establecimientos. Podríamos exponer ideas propias sobre este p. T. rticular, pero como el asunto es delicado, y podría ser objeto de torcidas interpretaciones, preferimos dar d conocer la autori zadísíma opinión dé un distinguido higienista españoA. Para la dirección administrativa de uü hospital- -dice el señor Giné en su Higiene privada y publica -se nece. sitan altas dotes personales, que es raro hallar reunidas en un mismo sugeto. Requiérese celo, inteligencia, sagacidad y, sobre todo, gran caudal de conocimientos médicos. Cierto que los hospitales sqnestablecitnientos benéficos y que, en tal concepto, un sacerdote podría representar el objeto de semejante institución; pero, tomo una de las cosas más egenciales de la caridad es que los que son motivo de ella obtengan el ttiayor provecho posible, de ahí que, para dirigir convenientemente un hospital, no bastan las virtudes evangélicas y los hábitos de piedad y sea indispensable una dirección esencialmente facultativa. El Director de un hospital debe ser, pues, un médico, que, á sus antecedentes de acrisalada moralidad, reúna, una vasta instrucción, acreditada en rigurosos ejei ic ¡os de oposifáón; Estamos conformes con las ideas expuestas por el Doctor Giné, y esperamos que d Ayuntamiento que tiene á su cargo la inspección de los servicios del Hospital, no Ls olvidará cuando intente plantear las reformas que imperiosamente exige, la. defectupsa organización de nuestro establecimiento benéfico. -VII I- os trabajos eticomendadoSá la dirección del Hospital, en la actualidad, y ségun las noticias que hemos adquirido, se reducen sodaraénte á la formación de estados mensuales expresivos de las estancias qiié causan los enfermos, y las relaciones de alirnentos. y inedicamentps que se consumen y emplean, en dicho establecimiento. Estos trabajos, incompletos y deficientes, deben aumentarse cuando rnénos, con la publicación de una memoria anual que comprenda lo siguiente: en el orden administrativo, los estados de consumo diario para que se conozca el número de raciones, medias raciones y dietas, y pueda cal. cularse con exactitud la cantidad invertida en la alimentación; datos de snmá importancia para la confección del presupuesto de gastos. En la parte facultativa de la memoria debe figurar el movimiento de eiifenups auQ iii u eptrado ¡en el Hospital du- rMm délas itynsm El partido conservador que destJ liacemuehQSí ños, está soplando disidencias y fomentando i diYÍdflnes enNel campo liberal y tletapcrático aeaba, d dar en su círculo de Madrid el espectáculo más triste y más repugnante que pueda imaginarse, con motivo de la renovación de cargos- eri la jahta direfetivk. Quebrantada la disciplina d partido- por ¡el seflor Eoraéro Robledo, los baiídós, romerista: -y eanovista, han medido sus fuerzas, apelandé á unes recur, sos dignos de los cadques de aldea: Cosas muy bueiías verernós si los eóflservaáores se olvidan de lavar en casa la ropa guciaj- como. aéon sejaba Napoleón I, si no recordamos mal. Birlas listas que publician jJos periótíicbs dé Ma-
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Las Pityusas - 04/01/1886, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18860104]
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1. LAS PITYUSA DIRECTOR; JUAN ARABÍ RESPETO. Puntos de suscrieión: En la Admon. delpíriidico y en la Imprenta de Escanellas, San Telmo, S, bajo. Precios de suscrieión: i Y ¡pts. Semestre, j pls. Año IBIZA ANO 11. Trimestre, LUNES 4 DE ENERO DE I88 Ó. pts NUM Toda la correspondencia al Director. JuAS PITYÜSÁS SALUDA Y FEUCITA A SUS LECT 0 KE 5 KN EL AÑO NUEVO. hiza 4 de (Enero de 1886. Bien venidofeeay bendito de Dios venga el año OCHENTA Y SEIS pucs auH cuando tengamos (K. O ú) profetas y ¡nenes aún presumamos de agoreros, se nos antoja destinado el año que empieza á más altas empresas que su antecesor, y á recordación más feliz que la que de sns í 0 rt ats nos ha dejado. fíi año de gracia de. rail ochocientos ochenta y cinco. Acompáñanle, porJo pronto, y es ya tener buen tirecho recorrido eu la senda de las simpatías, el general regocijo y la satisfacción unánime de todos los españoles, por haber tenido al mundo puro y sin mancha de pecado conservador, que es el más feo de los vicios hasta hoy conocidos, aunque, por ín omprensible omisión de los autores, no figure en el (C. itíUogo de los capitales; y libre de Cánovas y B. Bmeros, Pídales v A illaverdes. terremotos, epideraías, huíanos y otros excesos de mayor y menor cuantía, que forman el inseparable cortejo de toda dominación conservadora. Y no es lo expuesto, con ser beneficio nada flojo y progres: no despreciñble, el mayor de los beneficios y el más señalado de los progresos que lleva en cartera el a. ñ O ftuevo, para irlos aplicando en tiempo y sazón oportunos. Propónese además, ságun noticias, t stender á toda prisa, ía partida de sepehó A las fracciones monárquicas: cuyo estado de dí scomposición actual es. amenaza constante á la salud de la patria y peligi o inminente para la robustez y pureza de lo 5 orgariismos democráticos, únicos de quien 3 S espera eí país su regeneración y su ventara, j. Nada importa, que estén abiertas las Cortes y en ejercicio la llamada representación nacional; y que esta representación y aquellas Cortas sean no sólo monárquicas sino conservadoras. Harto saben los mismos diputados que si á alguien representan las actuales Cortes es al ministro que las creó y al Gobierno para cuyo uso fueron formadas, por más que S 9 las llame hoy, en virtud de una de esas ficciones legales que constituyen lo que, con singular especia- iidad, toma el nombre de parlamentarismo, a recibir el jurame p. to constitucional de la- regente, fijar la nueva hsta civil y autorizar á Camacho para la gestión ecohóni oa, la cual, como es sabido, se reduce sacar el últirao céntimo del bolsillo del pobre contribuyente. Algo se habla aun de bodas regías á plazo no conocido, de reconocimientos y reivindicaciones de cosasy personas que pasaron para no volver, de disgustos transcendentales en elevadas regiones, de 8i vá ó se queda López Domínguez, y de si es su izquierda la verdadera, como los buñuelos de la tía Jayiera ó lo es la de Becerra y Linares Rivas; y de otros ásiihtos tan insignificantes para nosotros y de tau escasa raonta coinó 1 ó 1 ri dica os, y de lo s cuales suponemos ya enterados de sobra á nuestros lecto) -e. s. Hablase también del descuhrimiento en Madrid de un robo de efectos timbrados que asciende á bastantes miles de duros, figurando entre los ladrones im capitán de orden público. Hablase además de ierta contrata de borceguíes, en que resultan más de veinte uiil de éstos confeccionados con cartón. Cuéntase, asimismo, que el inspector Sr. Duarte se encuentra alojado en la Cárcel- Modelo, por guardarse y falsificar una joya de peñas que había rescatado; etc. etc. etc. Y esto es todo lo que ha dado de sí el Gobierno de los hombres de orden: esto es todo lo que de parti cular ofrece la política de nuestro país; política, coma se ve, tan raquítica como nuestros gobernantes y tii. n llena de miserias y. pequeneces como íálta de ideales y de patriotismoLA MARSELLESA. Pueblos que permanecéis separados como rebaños de oveja. s bajo la férula de vuestros respectivos conductores, ¿queréis uniros en fraternal abrazo, no- es cierto? La religión os dijo que erais una raza; la ciencia y la historia lo confirmaron, añadiendo que teníais idéntico origen; la filosofía demostró que era común vuestro destino, sin el cual ni ella ni vosotros podian comprenderse ni tener razón de existen íia. A través de todas las teogonias, de todas las imágenes de los libros santos, de todas las alegorías místicas y de tod? s las introducciones filosóficas, sois lo misino: HUMANIDAD; con uno tí otro nombre, el objetivo hacia el que camináis es idéntico: EL PEOGBESO. Hijos de Dios ó del átomo, del infinito grande ó del infinito pequeño, siempre tenéis un mismo padre y sois por consiguiente hermanos. Debéis cultívaragl, matrimonio común: y lo creáis condenación ó grat) deber, el único procedimiento que tenéis para llegar á reahzarjas aspiraciones que idealistas ó epicúreos encerráis en el alma, es el trabajo, la lucha de vosotros contra el exterior, contra todo lo que comprime la expansión de vuestra individualidad, naturaleza, egoísmo, miseria, tiranía. Hombres de todas las religiones, de todas las edades y de todas las costumbres, no tenéis más que una bandera: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD: un solo procedimiento: EL COMBATE. ¡Cuánto habeistrabajadopor hallar la expresión gráfica de vuestra sublime aspiración! En vuestro constante afán de elevaros más allá de la realidad, de salir del mundo contingente de los hechos para abordar el mundo de los absolutos- donde desaparecen los detalles y los contornos, y la idea se ratifica hasta la ubicuidad, abarcando todas las limitadas categorías del tiempo, del espacio, de la causa y el efecto, del continente y del contenido, llegasteis á apurar todo el simbolismo de la apoteosis, fluidificando é idealizando la materia. Poblasteis de seres divinos los cíelos y la tierra, los bosques- las aguas y los aires; lanzasteis en místico soplo vuestro espíritu hacía el absoluto y desde el éxtasis quisisteis llegar hasta la absorción en Dios, ya que no á ab sorber á Dios en vuestro propio cuerpo; hicisteis de los colores del iris el símbolo déla, afianza. de las cuerdas de ¡a hra, la representación de- k armonía celestial; del número cabalístico, el verbo de la suprema inteligencia; disteis ancha. base á las pirámides para terminarlas erí punta hacia el cielo, ligando por medio de la piedra el sepulcro con la inmortalidad, la nadado abajo con el infinito de arriba; elevasteis la clave dd arco y la aguja del campanario; enredando en sus ángulos y ojivas las representaciones iconográficas de vuestro pensamiento; ¡siempre arriba, arriba! ya que no podíais subir, subían vuestras ideas encerradas en el granito de Jlas estatuas y rosetones, en la sílice de los vidrios coloreados, en el bronce de las campanas y en el hierro de las cruces y de las medias lunas. Adivinasteis que todo eso era muy frágil por lo mismo que era muy concreto; que ésto mataria á aquello, que era preciso desraaterializar la idea para sacarla de las condiciones de la mortalidad, y creasteis el poema, la rapsodia, el retablo, el cuadro, el hbro y la hicisteis flotar en el gaflardete, en el discurso, en la nota musical. No os equivocasteis. La Bastilla cayóá pesar de ser tan fuerte y quedó la escarapela trícoíor; rompióse la cadena, y quedó el martillo. Deshizose también la Revolución y quedó ¡La Marsellesa! Ni Napoleón pudo destruiría, ni la destruirá ningún tirano, si ha de haber todavía alguno en el porvenir. Moisés rompió las Tablas de la Ley, pero quedó el Decálogo. ¿Como ha de expresarse la voz de la Revolución universal sino ebn el lenguaje universal también, con la música? Destruyanlos déspotas todos los instrumentos musicales; suponed olvidado hasta el pentagrama. La Marsellesa x Q se olvidará: Subsistirá mientras hayafuror bélico, amor á la hbeitad, gritos de angustia y desesperación, desprecio á la muerte y deseo de matar, subhme orgullo de la victoria, recuerdo del hogar y ambición de cosmopohtísmo y de aventuras. Todo eso es La Marsellesa. Imposible oírla sin figurarse una inmensa multitud de hombres de rostros atezados, de ojos fulminantes y nervudos brazos, de niñes y de mujeres con las manos levantadas, de ancianos encorvados hacia la tierra y apoyados en su bastón, con la cabeza erguida y el brazo derecho extendido hacia adelante señalando al enemigo. Lágrimas, voces, murmullos, estruendo, temor y esperanza. Las estrofas de la Marsellesa no se escriben ni se recitan; se cantan. A leerlas ó pensarlas, las notas queles son indisolublemente unidas vienen espontáneamente al oído y se evaporan de la boca. Son el perfume que retiene el cáliz y sale de él constantemente. Se sienten escalofríos en el cuerpo y nebulosidades en el alma: se verifica la obsesión de lo sublime. Los nervios se crispan y se busca delante al enemigo; hay la necesidad de combatir, de triunfar, de morir, de ser grande. j. La ilusión es completa cuando se oye cantar. El oyente acompaña instintivamente al artista. Los sonidos alternativamente graves y agudos dé la com. posición, nos suben hasta el entusiasmo y nos bajan
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Las Pityusas - 14/01/1886, Pàgina 1  [Ref. Las Pityusas 18860114]
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LAS PITYU iSMéSésm ms mmssi DIRECTOR; -JUAN ARABÍ RESPETO, puntos de susfirición: En Ifl Admon. del periódico y en la Impr tntaX de Escantllas, San Telmo, S, bajo. IBIZA Precios de suscriciow. Trimestre, i ys pts; Semestre, J ph. Año ¿pts al Dir fíor. NUM I? 1886. ANO II. JUEVES 14 DE ENERO DE Tilda la correspondciaa biazÍ 4 te (Enero te Tuest üs y levantadas en altólas cortadoras espadas délosdosvalerosos y enojados combatientes; suspensa aa atención y absorto el anifíio de los innumerables espectadores que llenaban por completo tribunas y pasillos; en sus escaños ios padres de la patria y en ol sitial de la presidencia el Júpiter Tenante de los conservadores, dio comienjzo en el palacio de la Representación Nacional la memorable sesión del 4 de Enero y púsose en ella fin y rematejá la descomunal contienda en mal hora provocada por el rebelde lantequerano. Hubiérale valido más al de Antequera exponer sus agravios en el teatro de la Alhambra, donde sus palabras hubieran pasado sin contradicción y sus partidarios hubieran podido entregarse de lleno á los transportes de su entusiasirio, refrenado en el Congreso por la presencia del monstruo, y enfriado por la acerada y burlona frase del implacable antagonista del jefe de los ínísa- es, el jesuítico Silvela, Pero Romero propone y Cánovas dispone, y dispuso D. Antonio en tal ocasión, que hablara en el Congreso sú antiguo lugarteniente, y que á su presencia le anonadara y confundiara el melifluo sefi r Silvela, para í ejor gozarse en el triunfo á la vista de su victima y lograr mejor, con su apar- ente indiferencia y su estudiado alejamiento del debate, que resaltara aun más la insignificancia del Gran Húsar, -ante el olímpico desden del pontífice máximo de la cosservaduría. Después de todo, el espectáculo fué mucho menos curioso de lo que era de esperar; limitándose los orado- res que en él tomaron parte á demostrarnos una vez íBás que los conservadores so hallan divididos por irre -onciliabIes odios y misérrimas ambiciones personales; ya que no por cuestiones de princíjiios á que no han sabido jamás elevarse. Afortunadamente para el prestigio de nuestro Parlamento, temeroso sin duda el señor íSagasta dp que se reprodujeran en el Congreso escenas tan poco edificantes corno la que dejamos indicada, subió á la tribuna, en la se sión siguiente, y leyó el decreto suspendiendo la presente legislatura. Bien es verdad que quedan por discutir asuntos tan importantes como el protocolo de las Carolinas; la prórroga de los tratados de comercio, que tanto pueden interesar á las industrias nacionales; la hsta. civil que debe fijarse, como la Constitución ordena, al priíjcipio de cada reinado, y el proyecto de indulto á los reos de delitos electorales: pero como de la discusión de algunos de estos asuntos, yespecialmen te del primero, pudiera no salir tan bien librado el señor Cánovas como de 1 a arremetida de Romero Robledo, de aquí que el actual presidente del Consejo de Ministros haya recompensado á su antecesor, con la clausura de las Cortes, la señalada merced de haber puesto en sus manos la dirección de los asuntos públicos. En otro lugar de este mismo número hallarán nuestros lectores el texto del famoso protocolo de las Carolinas: vean ahora lo que sobre tan infausto documento escriben algunos de nuestros colegas: Los conservadores dicen que el resultado obtenido constituye para ellos uíja gran gloria. Nosotros por erconíraria, BstfmaBios que para su gestión es un fracaso y para España una desdicha. El artículo 1. del ¡pretocólo lo dice bien claro: Desde ahora, pues España reconoce que ios territorios no ocupados efectivamente, son cosas nuIlius á disposición del más fuerte. El derech tradicional desaparece, y vienen á sustituirlo las teorías emitidas por el canciller Bismark, qiie nuestros mi. nistros rechazaron en absoluto en las primeras notas. Es decir, que se reproduce la vergüenza del protocolo de Joló y las espoliaciones de Borneo, con el aditamento deque aquí ni siquiera se menciona nuestro tradicional derecho de soberanía, sino que sólo se reconoce por el hecho de que un buque alemán llegó á plantear su batidera en el territorio español algunas horas después de haber en aquel punto barcos y fuerzas españolas. Con sinceridad decimos que nos parece en extremo doloroso tener que aceptar un reconocimiento de nuestra soberanía tan menguado, y suscribir declaraciones co; no las del protocolo, que tan triste legado de cuestiones y conflictos nos ha de dejar. Por lo pronto, ya Inglaterra nos ha pedido que se le reconozcan los mismos derechos que á Alemania, y habrá que ceder á hacerlo, y luego vendrá Francia y después los demás países, y nos veremos obligados á ir dando como exigencia que se nos arranca lo que, si de buena voluntad hubiéramos otorgado, habria sido má. s que suficiente para salvar nue. stros legítimos derechos. Todavía es tiempo de conceder espontáneamente á todas las naciones lo qu 3 Inglaterra reclama, y de evitar así e! desdoro de nha imposición. (M Día) ¡Que valor tan grande debió necesitar ayer el señor Silvela para llamar triunfo diplomático al protocolo de las Carolinas! Nuestra soberanía queda reconocida en él; ciertamente. Pero es una soberanía iriisoria, una soberanía que ¡declina sobre nosotros todas las cargas, todas las responsabilidades, todas las obligaciones, dejando los beneficios de la posesión efectiva en manos de Alemania, y de Inglaterra también, según se dice. -E ¿i? es ¿íffíe? i. El protocolo de las Carolinas es el digno pendant del de Joló. Ahora bien: esto ha sido una- verdadera vergüenza, que un gobierno monárquico no tuvo i- eparo. en realizar. Nuestros derechos históricos quedan desconocidos. Para no atropellarlos del todo, se ha adoptado una fórmula que consiste en reconocer la prioridad de nuestra ocupación. Pero después se conceden á Alemania facultades tales y se coarta de tal suerte nuestra soberanía, que en unos territarios que por tradición nos pertenecen, se aplican casi todas las reglas que el Congreso de Berlín ha establecido para las dependencias de África que en adelante se ocupen. Es decir, que Alemania hará en las Carolinas y Palaos lo que le de la gana, y nosotros pagaremos los gastos de policía y gobierno. Además, Alemania esta- blecerá un Gibraltar, enclavado en nuestros territorios de Occeanía, desde él cual amenazará á las Fihpinas, y mientras de ellas se apodere absorberá el comercio de todas las posesiones españolas del Océano Indico. ¡Esta es la gestión itíteniacional de la monarquía Si nuestros Lectores recuerdan ¡Ú 4 vaticinios quo hicimos nosotres acerca do tan desdichado apunto, antes deque fuera sometido á la decisión del Papa, notarán como coinciden exactamente con las apreciaciones de nuestros estimados colegas. E l HOSPITAÍ. DE IIMZA. ÍX Es innegable que el espíritu reformista encuentra e n é í terreno déla práctica obstáculos difíciles de vencer para lá realización de sus proj eclés. Regístrense los páginas dé la historia, y en ellás- se hítllaráñ ábuiidantes ejemplos iqué corroboran nuestras aseveraciones. Pero se observará tanibsen, que las dificultades, á modo de aguijón, han estimulado siertipre los deseos del hombre, y á la postré, ha sentido la inmensa satisfacción qué siente 1 que, cuando menos, no obtiene resultados completamente infructuosos de su trabajo. Estas consideraciones nunca deben olvidarse. En la serie de artíctílos que hemos publickdo sobre el Hospital de Ibiza, queda demostrado hasta la evidencia que no se trata solatnenté de ¡ejorar los servicios higiénicos; sino dé la necesidad imperiosa que existe de organizar los servicios administrati vo de aquel establecimiento dé beneficencia. Tenemos la seguridad completa que abundan en nuestras ideas, todos los que éaben refiexionar, y sienten, además, vehementes deseos de que el Hospital do Ibiza, sea realmente un Hospital. Repetidas veces hemos dicho que pueden plantearse todas las reformas apuntadas en este trabajo, sin gravar los presupuestos municipales. Vamos á demostrarlo: Aprobado por la Corporación municipal, rige este año económico el siguiente PEESDPDESTO DE GASTOS, Ptas. Céts. Por víveres, utensilios ycombustible Por medicamentos. Conservación de camas y ropas. Id. y construcción de vestuario. Id. de efectos dg cocina. t Sueldo del médico id. del cirujano. Id, del ministrante. Ho norarios de enfermer. a, s. Id. de sirvientes. Sueldo del Director Id. del auxiliar de la Dirección: Coatribucion y censos. Conservación y reparación del establecimiento Impresos y demás efectos de escritorio Extraordinarios é imprevistos. Total 6200 900 250 500, 50. 54 54 i8o 1215 i8o 375 625 57 712 90 300 12.714 10 restaurad a! (El Progreso) Conocido el presupuesto de gastos, que es el mismo que ha regido en años anteriores, con la tínica modificación de haberse restado 500 pesetas de la cantidad consignada por víveres, utensilios y combustible, para aumentar la que figura, para conservación y reparación del ed; icio teniendo presente las variaciones que reclama piantiUa del per. Jnal, el aumento de consignación que exigen ciertos ar culos y las econom. ías que en ola- as pueden hacerse, sitiperjuicio de ios enfermos; con todos estos datos á la vista fácil será confeccionar un presupuesto exento de los defectos que presenta el que anteriormente hemos dado á conocer á nuestros lectores, g H e aquí, con las modificaciones que á nuestro juict
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